www.elmayorportaldegerencia.com - Intro https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=category&id=135&Itemid=406&lang=es Thu, 28 Mar 2024 09:07:25 -0500 Joomla! - Open Source Content Management en-gb pablo.paez@elmayorportaldegerencia.com (Pirámide Digital) Análisis de Riesgos (I). La información es poder, sobretodo en riesgos… https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6361&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6361&catid=135&Itemid=406&lang=es


Cuando una empresa trabaja con una compañía de seguros de crédito (véase Coface, Cesce, Crédito y Caución, etc…) tiene que tener en cuenta que la gestión de este tipo de pólizas no es sencilla.

Como en toda póliza, es de vital importancia el estudio de las condiciones, tanto generales como particulares con el fin de adaptar tanto las coberturas como otras características a las necesidades de la sociedad. Desgraciadamente, muchas empresas no pueden permitirse hoy, contar con este tipo de servicios, bastante costosos en ocasiones, y es por ello, que debe plantearse no externalizar la función de análisis de riesgos, mediante la contratación o designación de un profesional para tal fin.

El proceso de análisis de riesgos no está exento precisamente de responsabilidad, puesto que un análisis erróneo provocará una decisión desacertada, que se traducirá en un plazo determinado de tiempo, en un impago. Para poder plantearnos una operación, deberemos crear nuestro propio procedimiento de análisis de riesgos, y digo una propio porque no todas las organizaciones tienen la misma estructura.

El procedimiento partirá siempre con un primer paso, que será la solicitud de información al cliente potencial.

En este punto, cabrá definir la información a solicitar al potencial. Es un apartado en el cual habrá que distinguir la documentación a requerir según la forma jurídica. Para una sociedad limitada o anónima, la información mínima para poder valorar el riesgo será la siguiente:

* Copia de Escritura de Constitución, así como posteriores escrituras: Para conocer la empresa es básico conocer como nació, o dicho en los términos correctos, como se constituyó. Mediante la escritura de constitución dispondremos de información como:

  • Fecha de constitución: Nos dará el dato de la antigüedad de la empresa. Es muy importante.
  • Capital suscrito: Sabremos el capital aportado por los socios para el inicio de las actividades, el porcentaje de distribución de las aportaciones y sobretodo, cómo se aportaron. (Aportaciones dinerarias y/o no dinerarias). En este sentido deberemos tener precauciones como por ejemplo el encontrarnos con una empresa de nueva constitución que realice una fuerte aportación no dineraria de inmovilizado. Podríamos leer la operación como la constitución de una empresa por parte de socios que vengan de un cierre previo de otra sociedad con un nombre distinto. Por ello es también clave conocer información respecto a los:
  • Socios: Más que la estructura del Consejo de Administración, deberemos tener conocimiento de los nombres de sus socios y el porcentaje de participación en el capital de la sociedad. No está de más investigar en buscadores para conocer actividades previas de los mismos. Incluso si disponemos de la información necesaria, tenemos la opción de echar un vistazo a la residencia de los mismos mediante herramientas como google maps.
  • Objeto social: Necesitamos saber a qué se va a dedicar la empresa, y el objeto social de las escrituras no suele dejar lugar a dudas. Actualmente es muy común encontrar empresas con objetos sociales que a pesar de no tener nada que ver con ello, abarcan objetos de construcción y promoción. Es el legado de la crisis del ladrillo, un carro al que muchas empresas han querido subirse. No debe considerarse como demasiado positivo que una empresa intente abarcar demasiados objetos sociales pues indica falta de concreción en su fin profesional. Da la impresión de no dedicar los suficientes esfuerzos a un único fin concreto, más si cabe en el caso de la construcción.

- Dirección: Necesitaremos saber donde reside la sociedad, pues en el peor de los casos, tendremos que personarnos a exigir alguna deuda antes de que pase a procesos de otra índole.

* Impuestos sobre sociedades. Esta información es clave para poder realizar una primera composición de lugar. Dispondremos de los 3 últimos ejercicios como mínimo, contando con cuentas de pérdidas y ganancias, balances de situación, ECPN y EFE. Con esta información financiera obtendremos indicadores muy valiosos que nos darán una visión muy amplia del estado de la sociedad y de su evolución.

* Último modelo 347 presentado: “Dime con quien andas y te diré quién eres”. De la declaración de operaciones superiores a 3.005 euros podemos extraer información de gran valor. En un principio, podremos evaluar la composición de su cartera de clientes y su grado de apalancamiento a los mismos. Conocida la identidad de los clientes, podremos conocer también la exposición a determinados sectores, comprobando la diversificación de su riesgo en este sentido. Recientemente el modelo 347 ha incorporado como novedad, el desglose del importe consignado por trimestres, lo que también nos ofrece información sobre la estacionalidad de los ingresos del cliente potencial. Esto puede sernos de gran ayuda, puesto que elimina la distorsión que puede provocarnos la información extraída sobre modelos de IVA de épocas de campaña que hayamos podido extrapolar a anuales. Las consignaciones en el apartado de proveedores también será interesante, puesto que dispondremos de la información sobre posible competencia que esté trabajando previamente con el cliente potencial.

* Modelos de IVA y Resúmen de IVA anual: Es importante disponer de esta documentación para poder cruzar datos con documentación financiera provisional. De ese modo, podremos realizar un punto de control para dar veracidad a datos no consignados todavía en impuestos sobre sociedades. Además, tendremos información sobre el porcentaje de ingresos destinados al mercado nacional, entregas intracomunitarias, exportaciones, etc… Mediante los últimos IVA´s presentados, podremos realizar una cálculo previsional de los ingresos del actual ejercicio y realizar una comparación con los ingresos del ejercicio anterior con el fin de valorar la evolución. Siempre atendiendo a los criterios de estacionalidad.

* Certificados de estar al corriente con Organismos Públicos: Será de vital importancia tener la seguridad de que el cliente potencial se encuentra al corriente con Seguridad Social y Hacienda. Será preferible complementar estos certificados con algún informe de ASNEF Equifax para disponer de información sobre otro tipo de posibles impagos, recurrencia en los depósitos de cuentas, e incluso las últimas consultas realizadas por entidades de crédito o de cualquier tipo en estos registros. Esto nos puede ofrecer una visión de si la sociedad está buscando financiación.

* Información sobre pool bancario: El hecho de conocer los bancos con los que el cliente potencial trabaja, tiene dos motivos. El primero es que, si el cliente trabaja con entidades de primer nivel, siempre será visto con mejores ojos, y el segundo es que en caso de tener alguna entidad coincidente con las nuestras, nos dará opciones para dirigirnos a nuestro contacto para poder obtener información de primera mano por parte del banco. Este tipo de información es de gran valor, puesto que a pesar de que el banco tiene grandes limitaciones en este sentido por temas de protección de datos, con poca concreción podrá darnos ciertas puntualizaciones muy a tener en cuenta.

  • Otra información de interés: Contratos firmados con clientes, modelos 340, estados financieros provisionales… cualquier información complementaria siempre será recibida de buen grado.

En el ámbito del análisis de riesgos, cuanta más información dispongamos, mucho mejor. Debemos tener la impresión, de que el proceso del análisis es como la elaboración de un gran puzzle, y todas y cada una de las piezas están formadas por la documentación que las sociedades nos aportan. Es por ello que debemos transmitir tanto al encargado de solicitar y recopilar la información, como al encargado de remitírnosla, que la cantidad, calidad, precisión y premura a la hora de facilitarnos lo requerido, cuenta para reforzar la operación, o el inicio de una relación laboral de la que somos los primeros responsables en virtud de nuestra decisión final.

Fuente: Antonio Ortega.


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administrador@piramidedigital.com (Administrador.) Gestión de Riesgos Thu, 21 Jul 2011 18:07:40 -0500
Análisis de Riesgos (II). Evolución de los EEFF https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6360&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6360&catid=135&Itemid=406&lang=es


Pocos documentos nos ofrecen tanta información como un Impuesto de Sociedades, que engloba el Balance de Situación, la Cuenta de Pérdidas y Ganancias, el Estado de Flujos de Efectivo y el Estado de Cambios del Patrimonio Neto. Los dos últimos no cobrarán tanta importancia como los dos primeros, de hecho al Estado de Flujos de Efectivo lo catalogan como el documento “NNN“. (Nadie lo entiende, No sirve de nada y a Nadie le interesa).

Siempre se ha comparado la Cuenta de Pérdidas y Ganancias con una foto de la sociedad a la que representa a 31 de diciembre, y el Balance de Situación como un vídeo al que se le aplica un pause con la misma fecha. Por sí solos, pueden ofrecernos una visión relativamente amplia, sin embargo, para realizar una verdadera composición de lugar, analizaremos los tres últimos ejercicios (preferiblemente), ya que además de los estados financieros que presenta la sociedad, estudiaremos su evolución en el tiempo.

Es muy recomendable realizar un volcado de los datos a una hoja de cálculo con el fin de automatizar determinados cálculos que nos ayudarán en el análisis, sin embargo, en un principio nos centraremos en el cálculo comparativo de las cifras aportadas. Para ello, deberemos realizar dos tipos de análisis:

* Análisis vertical: Como su propio nombre indica, consiste en comparar partidas correspondientes al mismo ejercicio en el sentido indicado. De tal modo, por citar algunas posibilidades, podremos calcular el volumen que supone el activo circulante en el total del Activo, o la deuda a largo plazo respecto al total de la deuda sin contemplar los Fondos Propios.

Otro ejemplo por citar alguno, sería realizar la fracción del Activo Corriente sobre el Pasivo Corriente, obteniendo de este modo un ratio de liquidez. Podremos realizar múltiples combinaciones, y lo más interesante, personalizar una serie de ratios que se adapten a nuestras necesidades en este sentido. Los indicadores son realmente interesantes, pero debe tenerse la precaución de no barajar un número excesivo de ratios, lo ideal es no exceder de 10 ya que el manejo y seguimiento de una cantidad demasiado elevada lo único que puede conseguir es que perdamos sensación de control de los mismos y que no supongan un aporte real al análisis.

En lo que respecta a la cuenta de P y G, otro análisis vertical recomendable puede ser la relación de partidas de gastos estructurales, e incluso no estructurales sobre la cifra de ventas. Es un cálculo muy interesante sobretodo en combinación con el análisis horizontal, puesto que podremos ver la evolución del porcentaje de gastos de estructura y su comportamiento cuando las ventas se incrementan o reducen.

Otro tipo de combinación consiste en vincular partidas de los dos documentos citados, como puede ser el resultado financiero sobre la suma de la deuda a corto y largo plazo. Estaríamos obteniendo de esta manera, un indicador de coste financiero medio. Para otros cálculos de esta índole que impliquen cuentas afectadas por IVA, deberá por supuesto corregirse esta contingencia para no obtener resultados erróneos. Efectivamente, mediante el análisis vertical entramos de lleno en el mundo de los ratios, que ampliaré en otro post para mencionar los que a mi juicio, pueden ser más interesantes de cara a un análisis de riesgos completo y eficaz.

* Análisis horizontal: Mediante esta comparación, se calculan y estudian las diferencias de todas las partidas de un ejercicio, respecto del ejercicio siguiente. Podemos comprobar como una empresa va amortizando deuda con la reducción de pasivos financieros, el resultado de las políticas de inversión y su efecto en el activo no corriente, las fluctuaciones de la posición de tesorería, disposiciones de pólizas o aumento en la negociación de productos financieros, refinanciaciones,  etc… En lo que se refiere a PyG, evolución de las ventas, modificación de criterios de amortización, variaciones de existencias, reducciones de plantilla, etc…

Por separado, ambos tipos de análisis son muy recomendables, pero realizar una combinación de ambos nos puede ofrecer una visión mucho más completa. No todas las empresas saben o logran adaptarse a procesos de expansión o contracción, y estas herramientas nos dan la posibilidad de estudiar la linealidad de determinadas partidas, y en muchas ocasiones, nos indica en gran medida la capacidad de gestión de los responsables que hay detrás de cada sociedad. Al principio puede parecer un tanto inoperativo sobretodo si no se consigue gestionar mediante un procedimiento más o menos automatizado, pero consiguiendo adaptar los impuestos de sociedades a una hoja de cálculo con las fórmulas e indicadores preestablecidos, y lo más importante, familiarizándonos con la lectura de los resultados obtenidos, tendremos una herramienta que nos aportará una información absolutamente valiosa de cara al análisis y a nuestra decisión final.

Fuente: Antonio Ortega.


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administrador@piramidedigital.com (Administrador.) Gestión de Riesgos Thu, 21 Jul 2011 18:07:40 -0500
Análisis de Riesgos (III). El autónomo. https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6359&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6359&catid=135&Itemid=406&lang=es


Los analistas nos encontramos ante problemas de limitaciones en cuanto a la documentación financiera aportada. Es normal que ante la avalancha de documentos solicitados, encontremos reticencias a la hora de que la misma nos sea facilitada.

En determinadas ocasiones, la ausencia de información tiene otros motivos, como puede ser el caso planteado en este post. El análisis del riesgo de un empresario autónomo. Es bien sabido que un empresario autónomo no está obligado al registro de una contabilidad “completa” como en el caso de las sociedades mercantiles, tan solo a la llevanza de los correspondientes libros de facturas emitidas, recibidas, gastos y bienes de inversión, con lo cual, nos encontramos ante un trabajo ciertamente complicado.

Existen de hecho muchos autónomos que facturan más que determinadas sociedades, con lo cual, deberemos extremar la precaución. No dispondremos por lo tanto de herramientas para analizar la rentabilidad o la liquidez de un empresario autónomo y será difícil observar la evolución de sus negocios durante los últimos ejercicios, con lo que este tipo de análisis se tiene que sustentar básicamente en las garantías personales.

Es cierto que en el caso de una Sociedad Limitada, la cuantía por la cual tiene que responder un empresario corresponde a su capital social, sin embargo en el caso de un empresario autónomo, este responderá con la totalidad de los bienes de los que disponga estén afectos o no a la actividad que realiza.

La documentación mínima que solicitaremos a un empresario autónomo para el análisis de su riesgo será la siguiente:

  • Fotocopia de DNI.
  • Declaración de la Renta de los 3 últimos ejercicios.
  • Nota simple del Registro de la Propiedad (Cargas vigentes).
  • Certificado de estar al corriente con Seguridad Social y AEAT (Actualizados).
  • Copia de contratos suscritos con clientes.
  • Histórico de ingresos y gastos apoyado por copias de sus últimas facturas.
  • Pool bancario.

Con esta información, tendremos la posibilidad de tener una visión ampliada de las garantías que puede aportar un autónomo. Mediante su nº de identificación, será conveniente consultar la base de datos de Asnef Equifax para comprobar si el cliente potencial tiene algún tipo de incidencia. Cobrará especial valor la documentación referente a la renta.

Como primer punto de control tendremos la referencia catastral de su vivienda habitual. Tenemos la posibilidad de acceder a la oficina virtual del catastro https://www1.sedecatastro.gob.es/OVCFrames.aspx?TIPO=CONSULTA con el fin de introducir dicha referencia y obtener todos los datos de la vivienda habitual (y de otros inmuebles). Para ampliar la información, podemos acceder desde la propia oficina, a la ubicación exacta en Google Maps. Estamos por lo tanto, en la puerta del domicilio del cliente potencial, interesante sin duda. En este momento es aconsejable acceder al Registro Mercantil con el fin de solicitar una nota simple que nos dará la información sobre las cargas vigentes en caso de haberlas.

Tendremos a continuación toda la información referente al estado civil, hijos, y otra información. Lo que nos será de mayor interés es el apartado de retribuciones obtenidas con el fin de analizar los ingresos anuales brutos, y compararlo con los consignados en las declaraciones de los ejercicios anteriores.

Otro punto a tener en cuenta son los rendimientos del ahorro. Podremos realizar un cálculo básico con el fin de ver a qué capital pueden corresponder si consideramos un precio medio de mercado en las retribuciones del pasivo bancario en la actualidad. Las deducciones por adquisición de la vivienda habitual nos darán la información sobre el peso que le supone al potencial, la deuda hipotecaria de su vivienda. Podríamos realizar un ratio de apalancamiento mediante este valor y los ingresos brutos obtenidos. No deja de ser un cálculo algo burdo al no disponer de información sobre el vencimiento de las deudas, pero en ocasiones es interesante.

Posteriormente tenemos acceso a rentas obtenidas por el arrendamiento de otros inmuebles, transmisiones de elementos patrimoniales, consignación del resultado de operaciones en bolsa, etc…

Hasta la fecha, la información con la que contamos es suficientemente valiosa como para componer un primer juicio previo, que perfilaremos con la información adicional facilitada.

El hecho de que un autónomo se acoja al sistema de módulos o de estimación directa, no nos facilita demasiado la labor, puesto que son sistemas muy lineales en los que la información sobre los ingresos brilla por su ausencia.

Los registros históricos de ingresos y gastos deben leerse con cautela, pues son compuestos directamente por el cliente potencial, y no disponemos de garantías sobre su veracidad al no requerir de registro ni certificación oficial. Es interesante intentar sustentar esta información con la copia de algún contrato con el cliente del potencial, o con un registro de facturación alternativo.

Una de las herramientas que deberíamos utilizar casi de manera obligatoria, son las referencias de las entidades bancarias, ya que al sernos facilitado el pool bancario, podremos establecer contacto con el fin de solicitar información sobre el cliente potencial.

A fin de cuentas, lo que intentamos averiguar es si el autónomo podrá hacer frente al pago de nuestras facturas y si en caso de insolvencia, si dispondría de patrimonio suficiente para responder. En la declaración de la renta no se consignan préstamos personales ni otro tipo de financiación que no sea la referente a la adquisición de la vivienda habitual, con lo cual sería muy aconsejable, solicitar al deudor una relación de todos los préstamos suscritos, con capitales vivos, cuotas mensuales y vencimientos de los mismos.

Aún contando con todo lo anterior, el hecho de no disponer de una mayor cantidad de información “oficial” siempre nos da una sensación de cierta inseguridad a la hora de evaluar este tipo de riesgos, ya que al final, la decisión adoptada no deja de ser una apuesta, en la que demostraremos nuestro nivel de confianza dependiendo de las garantías aportadas y de otros factores menos relevantes.

Fuente: Antonio Ortega.


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administrador@piramidedigital.com (Administrador.) Gestión de Riesgos Thu, 21 Jul 2011 18:07:40 -0500
Análisis de Riesgos (IV). La importancia del Fondo de Maniobra https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6358&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6358&catid=135&Itemid=406&lang=es


Una vez habiendo recabado toda la información necesaria para emprender nuestro análisis de riesgos, y realizados los previos análisis verticales y horizontales de sus estados financieros, debemos proceder a estructurar el resto del análisis en términos de liquidez y rentabilidad.

En esta fase, nos centraremos por lo tanto, en analizar la capacidad del cliente potencial para atender sus deudas a corto plazo. Para ello, comenzaremos realizando el cálculo de lo que se conoce como Fondo de Maniobra.

Partiendo de la base, tenemos que tener claro que el Activo No Corriente debe estar financiado por los Capitales Permanentes, es decir, el conjunto formado por los Fondos Propios y la Deuda Ajena a Largo Plazo. Dicho esto, calcularemos el Fondo de Maniobra realizando la diferencia entre el Activo Corriente (Existencias, Cuentas a Cobrar y Efectivo), y el Pasivo Corriente (Deudas Financieras a corto y No Financieras a Corto). Dicho de otro modo, el Fondo de Maniobra es la parte del Activo Corriente, financiada por Recursos Permanentes.

Para saber interpretar el Fondo de Maniobra, debemos tener muy presente las partidas que lo componen. Lógicamente, el sentido común nos lleva a la conclusión de que el resultado del cálculo debe ser positivo, y parte de razón tiene, sin embargo, hay casos en los que el resultado aún siendo positivo, enmascara una realidad bien distinta.

En otras situaciones, podemos obtener un resultado negativo, que bajo determinados preceptos nos indicaría un principio de suspensión de pagos. Nada más lejos de la realidad, y me explico con un caso práctico.

Supongamos el caso de una empresa que tiene unas existencias valoradas en 150.000 € en su activo, deudores comerciales por importe de 100.000 € y una posición de tesorería de 50.000 €. En el pasivo de su balance, deuda financiera a corto por importe de 50.000 € y deuda con acreedores comerciales por 150.000 €. El resultado del Fondo de Maniobra es de 100.000 €, lo que aparentemente nos indica una situación cómoda en cuanto a liquidez. Deberíamos en este momento, analizar las partidas que componen cada masa patrimonial. En el Activo Corriente, contamos con deudas comerciales que, en el caso de que todo vaya bien y no se den incidencias, podremos transformar en cash para atender nuestras obligaciones. Tenemos también el propio efectivo, tanto en saldos bancarios como en caja. Pero además, tenemos una partida de existencias, que precisamente es de las partidas menos líquidas dentro del activo circulante, de ahí su situación en el propio balance, y que además de ello, podrían ser el resultado de variaciones de existencias anteriores, realizadas con el fin de maquillar resultados, y que por lo tanto podrían estar sobredimensionadas.

Para corregir la distorsión que suponen las mercaderías en los cálculos de liquidez, existen ratios como el denominado “Acid Test” que no es otra cosa que un Ratio de Liquidez que enfrenta las partidas del Fondo de Maniobra, sin tener en consideración las Existencias. Si en el cálculo del Fondo de Maniobra expuesto, obviásemos el importe que corresponde a las existencias, tendríamos un Fondo de Maniobra negativo, una situación nada comparable al resultado anteriormente calculado.

Hay que tener muy en cuenta el sector al que pertenece la empresa analizada, o la naturaleza del negocio de la misma. Con ello, podremos encontrar sociedades con Fondos de Maniobra negativos que realmente no sufren tensiones de tesorería, sino que realmente redistribuyen su liquidez de manera que maximice sus beneficios a riesgo de incurrir en Fondos de Maniobra negativos. El caso más conocido es el de las empresas como Carrefour. Son empresas con fuentes de financiación  a corto que siempre han comprendido plazos muy dilatados (hasta 120 días) en el caso de las partidas de proveedores, y que han cobrado prácticamente la totalidad de sus ventas al contado. Esa diferencia positiva acumulada en caja, dado que supone un altísimo nivel de tesorería ociosa, es regulada de manera que provisiona el importe necesario para atender los pagos previstos, e inmoviliza el resto en instrumentos financieros que ofrecen a la sociedad, una rentabilidad “x”. Tenemos por tanto, parte del activo corriente que pasa a activo no corriente en cuanto se firmen operaciones que superen el año de duración, un nivel de caja mucho más reducido de lo que se supondría en un principio, y un nivel de deuda acumulado a corto muy elevado fruto de la financiación de los proveedores.

De todos modos, existen empresas que se han encargado de romper con esta premisa, como es el caso de Mercadona, que ha convertido su Fondo de Maniobra negativo, en positivo durante los últimos ejercicios, ofreciendo unas mayores garantías en sus estados financieros y una mejor imagen de cara a entidades de financiación y socios accionistas.

Una vez tenemos claro lo que supone el Fondo de Maniobra para el análisis de liquidez de una sociedad, podremos personalizar ratios según nuestras necesidades, como por ejemplo:

  • Fondo de Maniobra sobre ventas: (FM/Ventas): En el que un nivel de un 10% o 20% sería bastante razonable siempre y cuando tengamos claro el sector al que pertenece la sociedad.
  • Fondo de Maniobra sobre Activo Corriente (FM/Activo Corriente): Nos indicaría que parte del Activo Corriente está compuesta por el Fondo de Maniobra, indicándonos por lo tanto la importancia relativa del propio Fondo de Maniobra.

Es muy recomendable utilizar el cálculo del Fondo de Maniobra siempre conjuntamente con otros indicadores y datos, ya que podemos caer en el error de darle una interpretación negativa a los resultados obtenidos, incurriendo en una decisión que nos pueda perjudicar en un futuro.

Fuente: Antonio Ortega.


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administrador@piramidedigital.com (Administrador.) Gestión de Riesgos Thu, 21 Jul 2011 18:07:40 -0500
Análisis de Riesgos (IX). El Maquillaje Contable https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6353&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6353&catid=135&Itemid=406&lang=es


Podemos ser unos expertos en el análisis de riesgos, y sin embargo, siempre estaremos expuestos a que nuestra decisión final pueda llegar a ser fallida. Esto puede estar motivado por varios factores, obviamente la incertidumbre del mercado hace que cualquier empresa solvente y rentable pueda adentrarse en una senda de impagos con todo lo que ello supone.

Otra razón por la cual podríamos realizar un análisis que diste de la realidad, es porque los Estados Financieros facilitados no se ajusten a la misma, es decir, que haya entrado en juego la que hoy en día se conoce como “Contabilidad Creativa“.

El fin de la Contabilidad Creativa, no es otro que manipular la información contable de tal modo que la imagen de la sociedad sea distorsionada en beneficio de la misma, bien para convertir beneficios en pérdidas, pérdidas en beneficios, reducir los ratios de endeudamiento, o muchos otros fines semejantes.

Existen muchas maneras de alterar los Estados Financieros de una sociedad, sin embargo, hay algunas señales que nos pueden indicar, cuando se están aplicando tan poco “honrosas” maniobras.

Variaciones de existencias. Cuidado con los fuertes aumentos en las variaciones de existencias con carácter positivo (cuando supongan un aumento del beneficio). Suele ser una de las tácticas más socorridas a la hora de intentar jugar con el resultado final. El mero hecho de reconocer unos stocks finales al cierre del ejercicio superiores a los iniciales el 1 de enero, supone una variación positiva que se recogerá como ingreso. El aumento del beneficio mediante esta estrategia, hace que el Activo Circulante se sobredimensione, incidiendo directamente sobre el Fondo de Maniobra. Cuidado.

Aumento o reducción de los gastos. Ya sean provisiones, amortizaciones, etc… Es algo bastante más complicado de localizar en cuanto que no podremos casar o conciliar ciertos importes consignados en los balances con ningún registro. Se aconseja estudiar la linealidad de estos importes, en relación con la variación de las ventas de los últimos ejercicios. En el caso de las amortizaciones, se aconseja relacionar el gastos recogido en amortizaciones respecto al activo del balance, y analizar los ejercicios anteriores para valorar las desviaciones obtenidas.

Ventas ficticias o inexistentes. Para evitar esta táctica, se aconseja la conciliación del importe de las ventas, con los modelos correspondientes, con un resumen del IVA anual o con un modelo 340 podríamos localizar diferencias que nos pudieran resultar extrañas.

Operaciones vinculadas con empresas que no se consolidan. Es una buena manera de mostrar un menor endeudamiento en los balances. Es aconsejable obtener toda la información posible de los grupos empresariales, y de todas las filiales para conseguir una visión global.

Resultados extraordinarios. Deben tomarse como tales, y al no formar parte de la actividad recurrente de la sociedad se deben leer con precaución. Muchas empresas contabilizan este tipo de operaciones para aumentar el beneficio de una manera directa, ya que además son operaciones muy difíciles de comprobar.

Saldos bancarios. El hecho de que al cierre pudieran existir partidas conciliatorias pendientes de contabilizar, explica las diferencias de los saldos bancarios contables con los reales. Jugando con esa baza, hay empresas que aumentan sus niveles de tesorería cuando la situación real no es tal. Otra técnica que aumenta el Fondo de Maniobra y puede mostrarnos una imagen muy distinta de la real.

Contabilización de gasto o activación. Dependiendo del resultado del ejercicio, en ocasiones no se activan gastos cuando deberían activarse y viceversa. Esto afecta obviamente a los resultados operativos, al activo y a las amortizaciones. Ojo, dicho sea de paso, con los trabajos realizados para el activo fijo y con los activos mantenidos para la venta, que no es otra cosa que una señal futura de desinversión.

Diferimiento o anticipación en el reconocimiento de ingresos o gastos. El hecho de jugar con la temporalidad, nos puede hacer “aplazar” o “adelantar” el gasto o el ingreso según el período al que pueda corresponder. Están directamente relacionadas las operaciones involucradas en dos ejercicios dado su carácter temporal, como podría ser una operación financiera liquidada en un ejercicio, pero que comprende intereses que afectan al ejercicio presente y anterior. Procedería la correspondiente periodificación. El hecho de no aplicarla, tiene efectos directos en el resultado en tanto que no se refleja el correspondiente gasto/ingreso.

Hay que extremar la precaución cuando trabajemos con registros contables provisionales o modelo no validados por el organismo correspondiente. En ese caso, será crucial contar con información tributaria para conciliar los importes de contabilidad con los de los impuestos. Aún así, habrán partidas que no podremos comprobar dada su naturaleza. Verificaremos que la empresa amortiza sus activos, y reconoce el gasto de sus créditos incobrables con la correspondiente dotación al igual que procede al deterioro de determinadas partidas de sus activos si procede.

Por supuesto, cobrará en este caso especial relevancia el informe de auditoria en caso de haberlo, ya que en el mismo, se expresarán las posibles salvedades o limitaciones encontradas a la hora de auditar los Estados Financieros.

Detectar e identificar maquillajes contables no es una tarea sencilla, y requiere de bastante experiencia por nuestra parte, pero prestando la suficiente atención y aplicando un procedimiento establecido con ciertas directrices de control y detección, lograremos eliminar las distorsiones que tan “creativamente” hayan podido ser aplicadas en la información facilitada.

Fuente: Antonio Ortega.


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Análisis de Riesgos (V). NOF. https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6357&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6357&catid=135&Itemid=406&lang=es


En el apartado IV de Análisis de Riesgos, se repasó el concepto de Fondo de Maniobra así como su cálculo e interpretación. Ya que se trataba de un concepto de pasivo en cuanto a su desarrollo, en este caso abordaremos un nuevo concepto esta vez planteable al activo, como son las Necesidades Operativas de Fondos,o lo que comúnmente se conoce como (NOF) o (WCR) Working Capital Requierements.

Podemos definir las NOF como la inversión neta en activos circulantes derivada de las operaciones de la empresa. En otras palabras, nos encontramos ante los activos y pasivos a corto plazo derivados únicamente de las operaciones de la empresa, sin tomar en consideración decisiones de financiación o colocación de excedentes de tesorería.

Hablamos de inversión neta ya que el activo circulante queda cubierto en parte, por los pasivos obtenidos de forma espontánea. ¿Qué quiere decir todo esto? Simplemente que realizaremos un cálculo mediante la diferencia de los siguientes conceptos.

  • Activo Circulante Operativo: Deudores a corto (sobre ventas) y otros deudores con carácter operativo + Inventarios + Tesoreria Operativa (estimada para atender los compromisos habituales del negocio) + Provisiones de Activos…
  • Pasivo Circulante Operativo: Proveedores + Impuestos + Cuotas a la Seguridad Social + Provisiones de Pasivos …

Hay consideraciones a tener en cuenta en el cálculo de las NOF, y todas se encuentran directamente relacionados con la información que contienen algunas de sus partidas. Por ejemplo, al recoger cuentas de deudas comerciales, podríamos estar considerando créditos deteriorados no reconocidos, así como los excesos de stocks, variaciones que deberían ser contempladas para un cálculo fiable y un seguimiento óptimo de las magnitudes elaboradas.

Es muy aconsejable previo a darle interpretación a las NOF o incluso a su cálculo, realizar un enfoque quizás más gráfico con el fin de simplificar el procedimiento, además de conseguir visualizar el planteamiento de una manera más interesante. Si realmente nos interesa trabajar con las Necesidades Operativas de Fondo, conviene elaborar un Balance Financiero. Esto no es más que modificar el típico Balance Legal en el que encontramos representadas las típicas masas patrimoniales, y realizar una reclasificación de partidas en el corto plazo. Es un proceso realmente sencillo, aunque lo ideal es automatizarlo mediante una hoja de cálculo que elabore tanto el Balance como una representación gráfica a tiempo real. Con el Balance Financiero, tendremos una representación mucho más fiable y ajustada de la situación de la sociedad, al netear las partidas anteriormente mencionadas deduciendo las fuentes de financiación espontáneas. Sustituiremos por lo tanto el Activo Circulante por las NOF, y el Pasivo Corriente será modificado por las Deudas Netas a C/P.

En esta Balance Financiero, realizaremos también la representación gráfica del Fondo de Maniobra, y le daremos las siguientes consideraciones:

  • Si el Fondo de Maniobra > NOF ; Existe un Excedente de Tesoreria. y por lo tanto dependiendo del período que lo consigamos mantener, deberemos tomar la decisión de invertirlo inmovilizándolo en un IPF o no.
  • Si el Fondo de Maniobra = NOF; Existe un equilibrio en virtud del cual, las operaciones corrientes son cubiertas sin necesidades de otros recursos).
  • Si el Fondo de Maniobra <NOF; Se producirán Necesidades de Recursos Negociados, o lo que es lo mismo (NRN).

Una vez dicho esto, cabe reseñar la importancia de la comparación de las Necesidades Operativas de Fondos con el Fondo de Maniobra, ya que de ese proceso podremos extraer conclusiones realmente valiosas.

Podemos encontrar casos en los que las NOF tengan un valor negativo. Nos hallamos por lo tanto ante una fuente de financiación con carácter espontáneo y gratuito.

Como aclaración a la hora de elaborar el Balance Financiero, debemos tener la precaución de saber disgregar las Deudas Operativas de las Financieras para lo cual seguiremos las siguientes pautas de clasificación:

* Deudas Operativas:

  • Surgen por operaciones habituales.
  • Son espontáneas.
  • No tienen ningún coste financiero explícito.
  • Son siempre a corto plazo.

* Deudas Financieras:

  • Son siempre el fruto de una negociación.
  • No son espontáneas.
  • Siempre provocan un interés.
  • Pueden ser a corto o a largo plazo.

Cuando disponemos de cálculos como el Fondo de Maniobra y las Necesidades Operativas de Fondos, tenemos datos que nos pueden aportar información bastante variada, ya que el Fondo de Maniobra al tratarse de un concepto de pasivo, nos podría advertir de problemas de estructura o planteamiento. No obstante, los datos que arrojan las NOF nos advertirán de los problemas operativos de la sociedad, puesto que al contemplar partidas meramente operativas, podrían llevarnos a conclusiones tales como que el cliente potencial analizado está soportando unos plazos de cobro muy superiores a los que les financian sus proveedores, volúmenes de existencias demasiado elevados, así como otras contingencias fruto de la actividad recurrente de la sociedad.

Fuente: Antonio Ortega.


El retorno de la inversión en entrenamiento ejecutivo de equipos gerenciales es exponencial y en minutos. Norman Vincent Peale.
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administrador@piramidedigital.com (Administrador.) Gestión de Riesgos Thu, 21 Jul 2011 18:07:40 -0500
Análisis de Riesgos (VI) ¿Cash Flow o EBITDA? https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6356&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6356&catid=135&Itemid=406&lang=es


Hay casos en los que las sociedades, aún teniendo unos resultados operativos o de explotación bastante someros, cierran el ejercicio con unos beneficios superiores.

Muchos aspectos pueden influir en este aparente cambio de rumbo, como pueden ser resultados extraordinarios, provisiones, amortizaciones, resultados por enajenaciones, etc. No podemos obviar que efectivamente si una empresa enajena un inmovilizado con un resultado positivo al darle salida por un precio superior a su valor neto contable o valor razonable, nos encontramos ante una parte integrante del beneficio, pero no debemos olvidar que no se trata de beneficio obtenido por sus actividades recurrentes.

Cuando elaboramos un análisis de riesgos, deberemos considerar los resultados recurrentes obtenidos en unas condiciones normales de una empresa en funcionamiento, con lo cual, toda la serie de operaciones extraordinarias, así como ajustes, provisiones y posible maquillaje contable nos aleja de la imagen que nos interesa. Para ello, existen cálculos para conocer una aproximación de la capacidad de generación de cash de una empresa.

Uno de ellos es el EBITDA (Earnings before interest, taxes, depreciations and amortizations) beneficios  antes de interés, impuestos, provisiones y amortizaciones. Como su propio nombre indica, la forma de calcular este concepto es sumando al resultado de explotación, el importe de las amortizaciones y las provisiones (ya que el resultado de explotación aún no está actualizado con impuestos ni intereses).  A pesar de que el cálculo es muy utilizado dada la facilidad de su elaboración, adolece de defectos que no pueden pasarse por alto. Si lo que interesa es conocer una aproximación a la capacidad de generación de cash de la empresa, no podemos obviar el resultado financiero, ya que tanto los gastos financieros efectivamente suponen un desembolso de cash, al igual que puede ocurrir en su caso con el impuesto de sociedades. Por ello no podremos obviar la estructura fiscal ni financiera de la empresa, con lo cual, el EBITDA debe leerse con la debida precaución.

Existe sin embargo otro cálculo que evita el no tener en cuenta la estructura financiera y fiscal de la sociedad, y es el Cash Flow. El cálculo del Cash Flow se realiza sumando al resultado neto (es decir, el resultado final una vez tenidos en cuenta resultado financiero e impuesto sobre sociedades) las amortizaciones y las provisiones. Eliminado el sesgo que producía el EBITDA, tendremos finalmente una imagen mucho más fiel y ajustada de la capacidad de generación de efectivo de la empresa, empero seguimos sin poder tener una lectura totalmente definida ya que hay algunas consideraciones que deberemos asumir.

El resultado incluye todas las ventas realizadas con independencia de que hayan sido cobradas o no, con lo cual habrá que tener en cuenta esta puntualización.

Las inversiones en activos relacionados con la actividad recurrente de la sociedad también generan desembolsos de efectivo, y este tipo de movimientos esquiva el P&L, recogiéndose directamente en el activo no corriente del balance de situación.

Los cambios bruscos en la política de amortizaciones de la empresa también tendrán que servirnos para extremar la precaución. En este caso, es muy aconsejable realizar una comparación entre el importe de las amortizaciones y el volumen de los activos y su evolución en los últimos ejercicios para observar variaciones sustanciales e intentar localizar este tipo de situaciones.

Al final, tanto el Cash Flow como el EBITDA son indicadores muy utilizados dado su fácil cálculo y el significado que se les atribuye. Personalmente considero el Cash Flow más fiable, y planteo un caso práctico sencillo donde podremos observar la diferencia de uno y el otro.

Sociedad con un resultado de explotación de 300.000 €, una vez tenidos en cuenta -100.000 € de amortizaciones y otros -50.000 € de provisiones. Debido a su alto apalancamiento y componente financiero, asume un resultado financiero de -285.000 €, y finalmente paga un impuesto de sociedades de -5.000 € aproximadamente. El EBITDA de esta sociedad es de 450.000 € que indica una fuerte capacidad de generación de cash de la sociedad que nos transmite bastante confianza. No así ocurre con el resultado del Cash Flow, que nos ofrece un valor de 160.000 €.

El hecho de haber realizado un cálculo u otro, supone una variación de hasta un -65% de capacidad de generación de efectivo. La situación aún sería más peligrosa si además tuviésemos conocimiento de que la sociedad no ha cobrado 120.000 € de todo lo facturado, y que ha realizado desembolsos en utillaje que suele acometer de manera periódica por importe de 80.000 €. De una robusta sociedad que generaba 450.000 € nos encontramos ante una nueva situación, diametralmente opuesta, en la que la sociedad tiene un cash flow negativo, evidenciando su incapacidad de generar tesorería o inicio de descapitalización.

Fuente: Antonio Ortega.


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administrador@piramidedigital.com (Administrador.) Gestión de Riesgos Thu, 21 Jul 2011 18:07:40 -0500
Análisis de Riesgos (VII). ROE y ROA. https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6355&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6355&catid=135&Itemid=406&lang=es


Una vez vista la capacidad de la empresa para generar cash, debemos estudiar la rentabilidad de la empresa, así como el rendimiento de sus activos. Para ello, utilizaremos dos ratios bastante importantes a la par que sencillos. Cabe considerar en este punto, que vamos a realizar una contraposición de manera obligatoria. Por una parte, está el riesgo que vamos a asumir, y por otra, la capacidad de respuesta del cliente potencial. Para ello, una vez valorado el riesgo en el que se basa la operación planteada, necesitamos conocer dicha capacidad de retorno para seguir adelante o para desestimar la operación de manera definitiva.

En primer lugar, calcularemos lo que se denomina como ROE (Return of Equity) o Rentabilidad sobre Recursos Propios. Este ratio, mide la rentabilidad obtenida por los accionistas de los fondos que se han invertido en la sociedad. Para ello, dividiremos el Beneficio Neto / Fondos Propios. Este indicador es un ratio puramente de rentabilidad en tanto que relaciona el beneficio después de impuestos y resultado financiero frente a los capitales aportados. Rentabilidad pues que define la capacidad de la empresa para remunerar a sus accionistas.

También es posible realizar el cálculo del ROE de forma desglosada mediante lo que se conoce como la “Descomposición de Dupont” que no es más que el cálculo del mencionado indicador por fases, o empleando otros indicadores de tal modo:

ROE = Margen x Rotación x Apalancamiento, es decir:

ROE = (BAII / Ventas) x (Ventas / Activo) x (Activo / Recursos Propios)

El siguiente ratio, y por supuesto no menos importante, es el ROA (Return of Assets) o rentabilidad de activos. Este indicador se calculará realizando la división entre BAII / Activo. Efectivamente es un ratio de rendimiento de las inversiones, y por ello, cobra especial importancia ya que es un indicador muy tenido en cuenta por las entidades de crédito en tanto que supone la capacidad de los activos de la empresa, para generar beneficio o retorno de la propia inversión. Es por ello que en este cálculo se toma como base el beneficio antes de intereses e impuestos, ya que el rendimiento calculado siempre será con independencia de la financiación de las inversiones. Obviada la carga financiera así como fiscal, un banco o entidad de análisis de riesgos, podrá obtener un porcentaje de rendimiento sobre inversiones, y compararlo directamente con el riesgo de la operación.

Pongamos un caso práctico. Una empresa solicita un crédito a una entidad financiera para adquisición de maquinaria. El banco solicita información económica a la sociedad, obteniendo los siguientes datos.

BAII: 60.000 €

Resultado financiero: 25.000 €

Impuesto s/sociedades: -8.750 €

Beneficio Neto: 76.250 €

Fondos Propios: 1.000.000 €

Activo: 1.500.000 €

Mediante estos datos, el banco calcula los indicadores anteriores:

ROE (Bº Neto / Fondos Propios) = 76.250 / 1.000.000 = 7,62 % de rentabilidad.

ROA (BAII / Activo ) = 4% de rendimiento.

En base al ROE obtenido, los accionistas obtienen una remuneración de un 7,62 %. Para leer el ROE, se tendrán sin embargo que tomar varias consideraciones. Es un ratio que informa de rentabilidades pasadas, no futuras. Además, siempre deberá tomarse en consideración el riesgo de la operación. Es decir, si la empresa está muy apalancada, o arrastra problemas sistémicos o de liquidez por mencionar algunos, probablemente sea preferible una inversión segura a una menor rentabilidad. En el caso de las inversiones (que serán tratadas en publicaciones futuras) siempre se toma como medida el bono del estado, ya que se considera una inversión de total seguridad, con lo cual, compararemos la rentabilidad ofrecida por un bono sabiendo que se trata de una inversión con riesgo prácticamente nulo, y la rentabilidad que nos ofrece la otra alternativa. El hecho de que el ROE nos ofrezca un valor bajo no necesariamente nos indica rentabilidades insuficientes, con lo cual tenemos que valorar siempre el sector al que pertenece la sociedad, puesto que dependiendo del sector, podremos encontrar grandes fluctuaciones en este indicador.

Respecto al ROA, obtenemos un valor de un 4%. Si en el caso de la operación planteada al banco, el tipo de interés fuese un 6,5%, la entidad de crédito denegaría la operación en el acto puesto que los activos no generar un rendimiento o retorno capaz de cubrir los costes financieros que supone la financiación de la inversión. Es por ello que el ROA cobra una especial importancia, ya que si el ROA > interés de la operación, se entiende que habrá cobertura de los costes financieros, en cuyo caso, el valor es óptimo. Dicho de otro modo, una empresa nunca debe endeudarse por encima de su ROA. Es muy interesante el hecho de realizar un seguimiento a este ratio para comprobar la evolución de la rentabilidad que suponen las inversiones de las sociedades, pues podemos encontrar en muchos casos, estados financieros que nos indican que no por incrementar progresivamente el volumen de los activos, se obtiene un rendimiento directamente proporcional a las inversiones.

De manera conjunta, ambos ratios nos están dando una información de gran valor sobre rentabilidad de la sociedad y rendimiento de sus activos, lo que sumado a todos los procedimientos anteriormente vistos, nos posibilita para elaborar una composición de lugar y poder tomar una decisión final sobre nuestro análisis.

Fuente: Antonio Ortega.


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administrador@piramidedigital.com (Administrador.) Gestión de Riesgos Thu, 21 Jul 2011 18:07:40 -0500
Análisis de Riesgos (VIII). Los Ratios. https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6354&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6354&catid=135&Itemid=406&lang=es


Un Ratio o razón, no es más que una relación de varias magnitudes, que podrán ser simples o compuestas, cuyo resultado tiene un significado más importante que ambas magnitudes por separado. Lo importante de este tipo de cálculos será siempre la interpretación, más que la elaboración de une extensa batería de indicadores, ya que el empleo de una cantidad masiva de este tipo de herramientas, probablemente lo que conseguirá es distanciarnos de una interpretación más exacta y controlada. De hecho, no se aconseja el uso de más de una decena de ratios, aunque como en todo, es una cuestión de gustos y sobretodo de comodidad a la hora de su utilización.

Existen varias clasificaciones de ratios, aunque la más común es la siguiente:

  • Ratios de Rentabilidad: Miden los resultados obtenidos con respecto a determinadas variables.
  • Ratios de Liquidez: Miden la capacidad de la empresa de afrontar sus deudas a corto.
  • Ratios de Solvencia: Miden la capacidad de la empresa para afrontar sus deudas totales.
  • Ratios de Eficiencia: Miden cómo se están realizando determinadas actividades.

En el anterior post Análisis de Riesgos (VII) ROE y ROA, se estudiaron dos de los indicadores más relevantes dentro de los ratios de Rentabilidad. Además de los anteriormente mencionados, existe un indicador denominado EVA (Economic Value Added o Creación de Valor) que hace varios años comenzó a utilizarse en detrimento de otros indicadores que cercenaban determinado tipo de información. Próximamente dedicaré un post exclusivamente a este indicador, debido a su importancia y al desarrollo del mismo.

Además del EVA, podemos realizar cálculos de márgenes para obtener otros indicadores de rentabilidad como :

  • Margen Operativo (Beneficio de Explotación / Ventas).
  • Margen sobre Ventas (Beneficio Neto / Ventas)

En cuanto a los Ratios de Liquidez, podemos recopilar los siguientes como los más significativos:

  • Ratio de Circulante (Activo Corriente / Pasivo Corriente). Normalmente deberá ser mayor que 1, aunque al ser un ratio derivado directamente del Fondo de Maniobra, deberá interpretarse según lo expuesto en el post correspondiente al FM.
  • Acid Test (Activo Corriente – Existencias) / Pasivo Corriente. Este ratio consigue eliminar la distorsión que suponen las existencias al suponer la partida menos líquida dentro del Activo Circulante.
  • Tesoreria Inmediata (Tesoreria / Pasivo Corriente). Mide la capacidad de la sociedad de atender sus compromisos a corto mediante sus recursos líquidos. Normalmente el valor recomendable suele estar entorno a 0,3.

En cuanto a los Ratios de Solvencia, podemos recopilar los siguientes como los más significativos:

  • Ratio de Endedamiento Total (Activo Total / Exigible Total). Es la proporción de exigible que quedaría garantizada con los bienes de la empresa.
  • Cobertura de Cargas Financieras (CCF) (Beneficio de Explotación / Gastos Financieros). El resultado nos informa del número de veces que la sociedad es capaz de cubrir los gastos financieros con sus beneficios, en virtud de lo cual, cuanto más elevado sea el resultado, nos indicará una mayor solvencia. Unos niveles de cobertura de 5 a 7 serían óptimos, sin embargo no es aconsejable el preestablecimiento de niveles estándar.
  • Calidad de la Deuda (Pasivo Largo Plazo / Pasivo Total). Mide la proporción que supone la deuda a largo plazo frente a la deuda total.

En cuanto a los Ratios de Eficiencia, podemos recopilar los siguientes como los más significativos:

  • Período medio de cobro. Clientes / ((Ventas * 1,21)/365). Este ratio nos indica el número de días que transcurren desde que se realiza una venta hasta que la misma es cobrada. Es un indicador especialmente importante, en tanto que conociendo los plazos máximos de pago marcados por la legislación vigente, todo resultado que exceda de los mismos, nos podrá mostrar indicios de incidencias o dificultades de cobro.
  • Período medio de pago. Proveedores / ((Compras * 1,21)/365). Este ratio sería idéntico al anterior pero aplicado a las compras. Mediante el cálculo de ambos, obtendremos un margen Ventas – Compras, que nos indicará si la empresa consigue un margen positivo de financiación, mediante plazos de pago más elevados que los de cobros. Un margen negativo, podría ser indicio de tensiones de tesorería, que podrían además coincidir con un Fondo de Maniobra negativo o con un aumento de los gastos financieros al verse la sociedad obligada a financiar ese período.
  • Gastos Financieros sobre Ventas (Gastos Financieros / Ventas). Muestra el peso que suponen los gastos financieros de la empresa sobre el volumen de ventas. El resultado dependerá del sector en el que nos encontremos, sin embargo se puede establecer un valor de un 5-6% aproximadamente como algo dentro de lo normal. Lo ideal es tener nociones sobre el precio de mercado de las condiciones financieras actuales para realizar una comparación con las mismas.
  • Gastos de Personal sobre Ventas. (Gastos Personal / Ventas). Porcentaje de ventas que suponen los gastos de personal.

Llegados a este punto, cabe mencionar que la composición de Ratios puede ser una parcela realmente creativa en cuanto a que podemos elaborar todo tipo de indicadores, totalmente personalizados para adaptarlos al negocio analizado. En base a esto, podremos elaborar ratios de rotación de inventarios, de activos, sobre el porcentaje de amortización, de resultados extraordinarios, etc… Lo que conviene no olvidar, es que el uso de demasiados indicadores puede resultar contraindicado.

Procedimiento de análisis automatizado para la gestión de Ratios (Ideas).

En aras de lograr los mejores resultados y la máxima eficiencia en nuestro análisis, podemos establecer un procedimiento basado en la transcripción de la cuenta de pérdidas y ganancias y del balance de situación a una hoja de Excel, y en otras hojas, vincular las fórmulas de los ratios a los datos de los balances. Una vez realizadas todas las fórmulas, estableceremos unos valores óptimos para cada uno de ellos, y según el tipo de indicador, podremos utilizar fórmulas condicionales que nos informen automáticamente del resultado y de su interpretación, es decir, que nos ofrezcan un comentario dependiendo del rango en el que se hallen los resultados.

Podemos también agregar un efecto cromático mediante el uso de condicionales, por ejemplo con tonos rojizos para resultados negativos y verdes para resultados óptimos, y como complemento del informe automatizado, vincularemos un gráfico de barras o lineal, dependiendo de los Ratios implicados, para que la evolución temporal así como absoluta, tengan un impacto más visual.

Trabajar con Ratios puede ser realmente interesante siempre y cuando se elabore una batería de indicadores concreta, personalizada, relevante y controlada, que nos permita realizar una interpretación y seguimiento que nos ayude en nuestra labor de análisis y de composición de lugar.

Fuente: Antonio Ortega.


El retorno de la inversión en entrenamiento ejecutivo de equipos gerenciales es exponencial y en minutos. Norman Vincent Peale.
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administrador@piramidedigital.com (Administrador.) Gestión de Riesgos Thu, 21 Jul 2011 18:07:40 -0500
Análisis de Riesgos (X). Recobrar el impago https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6352&catid=135&Itemid=406&lang=es https://www.elmayorportaldegerencia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6352&catid=135&Itemid=406&lang=es


Habiendo recabado toda la documentación financiera e información necesaria del cliente potencial para realizar nuestro análisis de riesgos, realizadas las comparativas verticales y horizontales, estudiados cash-flow, EBITDA, NOF, Fondo de Maniobra, indicadores de rentabilidad, solvencia, liquidez, períodos medios de cobro y pago, cribadas las distorsiones de la contabilidad relativa y habiendo tomado todas las consideraciones necesarias, hemos llegado a una decisión positiva sobre un cliente potencial, y sin embargo, al cabo de un período “x” de tiempo, recibimos un impago.

El asunto que envuelve a la gestión de impagos siempre es un tema bastante delicado, tanto en lo que concierne a la gestión del recobro como a todo el procedimiento que ello conlleva. Por ello, cabe señalar varias premisas que deberemos considerar siempre cuando nos enfrentemos a este problema con el fin de darle una pronta solución.

Deberemos elaborar un procedimiento previo, que seguiremos minuciosamente y que solo en excepciones muy localizadas, podrá adoptar cauces distintos a los marcados en el mismo. Es absolutamente clave, seguir un procedimiento, que defina con concreción total, quienes son los responsables del mismo, cuales son sus márgenes de actuación, es decir, hasta donde llega esa misma responsabilidad, plazos de actuaciones de cada responsable y documentación que se facilitará y se solicitará al cliente infructuoso.

En los casos en los que se produce un impago, cobrará una especial importancia la gestión de la información. Podemos encontrarnos con muchos tipos de clientes infructuosos, los que lo son por fuerza mayor, y algunos reincidentes que hacen de la morosidad su forma de vida o estrategia de funcionamiento. Deberemos estar alerta para identificar qué clase de estrategia nos vamos a encontrar. Por ello, recopilaremos toda la información concerniente a cada comunicación mantenida con el deudor, recogiendo hora y fecha del contacto, resumen de la conversación mantenida y comentarios de tipo subjetivo. De ese modo, todos los pertenecientes al procedimiento, tendrán el historial de cada impago, y con ello, evitarán que el cliente deudor alargue el plazo del recobro haciendo uso de maniobras de evasión y confusión. Se recomienda la mediación de diferentes efectivos en el procedimiento, en tanto que el transcurso de tiempo, haga entrar en actividad a responsables de mayor responsabilidad jerárquica que añadan una presión extra al discurso mantenido. Obviamente esto depende mucho de la organización de la sociedad y su estructura.

Se tratará siempre de mantener un contacto constante con el deudor, que deberá tornarse en presión in crescendo conforme los plazos pudieran ir demorándose. Es un hecho que un alto porcentaje de los recobros efectivos, se producen con motivo del trabajo constante de reclamación periódica de la deuda. Dependiendo del discurso del cliente, debe intentarse obtener el compromiso, al menos verbal y sobretodo escrito (sea con un mail, o fax) de la fecha futura de pago. Obtenido ese compromiso, se deberá programar una nueva actividad de contacto con el fin de comprobar si efectivamente se produjo el recobro, o si no se ha recibido pago alguno, en cuyo caso, volveremos a contactar con el deudor para realizar otra reclamación con una carga extra de presión al haberse reincidido en el incumplimiento de pago.

En todas las comunicaciones realizadas, trataremos de facilitar al máximo, toda la información que facilite al deudor la liquidación de la deuda, es decir, nº de cuenta bancaria, nº de documento impagado, nominal devuelto, y gastos de devolución provocados por dicha devolución. En caso de solicitar un justificante de la transferencia emitida, facilitaremos también los datos de contacto de la persona que deberá recibir dicha documentación. El fin es facilitar al máximo la transacción al cliente, ya que la falta de datos como la cuenta bancaria o el importe adeudo, suelen ser excusas muy utilizadas para demorar el recobro.

El tono empleado con el deudor tendrá que adaptarse a la fase en la que se encuentre el procedimiento, como anteriormente se mencionó. Las primeras comunicaciones deberán realizarse con un tono firme pero cercano, desde un rol meramente informador. Conforme el plazo se demore, se deberá añadir una presión progresiva, recordando al deudor determinadas cláusulas contractuales en caso de haberlas, y haciendo finalmente mención al inicio de las correspondientes acciones legales. A pesar de tener marcado un procedimiento predeterminado, deberá evitarse que sea un sistema rígido, ya que es aconsejable que se disponga de la suficiente flexibilidad, como para adaptarse a las situaciones que se presenten, y podamos disponer de capacidad de maniobra para obtener el fin perseguido, que no es otro que el recobro.

Tanto como si se percibe el recobro como si resulta fallido finalmente, se reportará toda la información al sistema, ya que el histórico completo, será parte de una información muy valiosa a la hora de futuras relaciones comerciales.

El hecho de participar en la gestión de recobro o recuperación de impagados, es ciertamente complicado, ya que rasgos como la empatía pueden dificultar el éxito de nuestro objetivo. El responsable implicado en el procedimiento, deberá mantener siempre una distancia “de seguridad” que le permita ser lo suficientemente objetivo como para no aceptar plazos o calendarios de pago que puedan suponer otro futuro problema, y que además le hagan cumplir con su cometido con la máxima eficiencia. No debemos olvidar nunca en qué lado debemos posicionarnos, a pesar de ser conocedores de la situación actual, y de las dificultades que muchos clientes están encontrando para hacer frente a sus compromisos de pago.

Con la publicación nº 10 de la serie de posts “Análisis de Riesgos” finaliza el tema de referencia. Espero que os haya sido de utilidad, y quedo a vuestra entera disposición para cualquier ampliación o aclaración sobre cualquiera de los puntos tratados.

Fuente: Antonio Ortega.


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La gestión Integral de Riesgo, consiste en detectar oportunamente los riesgos que pueden afectar a la empresa, para generar estrategias que se  anticipen a ellos y los conviertan en oportunidades de rentabilidad para la empresa.

Los líderes de las empresas más exitosas de la actualidad no asumen los Riesgos, los estudian y modelan para gestionarlos y sacarle todo el partido, es decir los convierten en aumento de rentabilidad para la empresa.

Estas empresas trabajan continuamente para reducir los riesgos y transformarlos en oportunidades que las ayuden avanzar en su camino hacia el crecimiento, por lo tanto son empresas más rentables y menos riesgosas.

La Gestión Integral de Riesgo permite anticiparse al riesgo y asegurar los objetivos y metas estratégicas definidas por la empresa u organización.

La Gestión Integral  de Riesgo, hace que la empresa genere valor en el mercado, es decir crezca rentablemente, así la empresa asegura su:

  • Sostenibilidad
  • Crecimiento
  • Consolidación.

CONCEPTOS BÁSICOS DE LA GESTIÓN INTEGRAL DEL RIESGO

Prevención medidas y acciones, de carácter técnico y legal, dispuestas con anticipación para evitar o impedir que se presente un fenómeno peligroso, o para evitar o reducir su incidencia sobre la población, los bienes, los servicios y el ambiente.

Preparación: son las actividades de carácter organizativo orientadas a asegurar la disponibilidad de los recursos y la efectividad de los procedimientos necesarios para enfrentar una situación de desastre.

Atención de desastres: es el conjunto de acciones preventivas y de respuesta dirigidas a la adecuada protección de la población, de los bienes y del medio ambiente ante la ocurrencia de un evento determinado.

Recuperación: Es el conjunto de acciones posteriores al evento catastrófico, que buscan el restablecimiento de condiciones adecuadas y sostenibles de vida mediante la rehabilitación, reparación o reconstrucción del área afectada, de los bienes y de los servicios interrumpidos o deteriorados, y la reactivación del desarrollo económico y social de la comunidad.

Todo lo anterior se materializa a través de un Plan de Gestión del Riesgo. Éste debe ser un conjunto coherente y ordenado de estrategias, programas y proyectos que se formula para orientar las actividades de reducción o mitigación, previsión y control de riesgos, y la recuperación en caso de desastre.

Al garantizar condiciones apropiadas de seguridad frente a los diversos riesgos existentes, y disminuir las pérdidas materiales y consecuencias sociales que se derivan de los desastres, se contribuye a mantener la calidad de vida de la población.

El Plan de Gestión del Riesgo debe incluir un Plan de Emergencias mediante el cual plasmar la definición de funciones, responsabilidades y procedimientos generales de respuesta y alerta temprana; un inventario de recursos; la coordinación de activadas operativas y simulación para la capacitación, todo con el fin de proteger la vida, los bienes materiales y el medio ambiente.

LA GESTIÓN EXITOSA DEL RIESGO LOGRA UN EQUILIBRIO ENTRE:

  1. Riesgo y Recompensa. El reto para los líderes en los negocios es tomar  riesgos, conociendo realmente a lo que se exponen. Una empresa exitosa  busca  oportunidades de negocio rentables, que afiancen y aseguren la potencialización de las capacidades financieras y de gestión empresarial.
  2. Arte y Ciencia. Ciencia, basada en la investigación, definición y utilización de métodos comprobados de gestión de riesgo, y arte, en la utilización de estos métodos por parte del talento humano, esto hace que se aumente la productividad, dinamismo y apropiación de las personas por  el trabajo que desarrollan en la empresa.
  3. Personas y Procesos. La Gestión Integral de Riesgos se enfoca en aumentar la productividad de las personas en los procesos, en facilitarles su trabajo y todo esto se traduce para la organización en “hacer más con menos”, al crear una cultura de Gestión Integral de Riesgo en la empresa, la empresa no se expone a tener un éxito transitorio sino permanente.

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