Benjamín Franklin Tips Biografias La búsqueda de la perfección. Boston 1706 - Filadelfia 1790Benjamin Franklin fue un enamorado de la vida y la aventura, y su optimismo y sentido del humor daban siempre muestra de ello. Franklin es conocido en todo el mundo por ser uno de los promotores de la independencia de los Estados Unidos. También es celebre por sus trabajos científicos, sus inventos y su insaciable labor periodística y editorial. Sin embargo, la parte más interesante de su legado es la referente a la ética y la superación personal.Su pasión por los libros lo condujo a trabajar en la imprenta de su hermano a la edad de los 12 años. La mitad del dinero que ganaba la utilizaba en comprar libros para continuar cultivando este hábito. Fue autodidacta en el aprendizaje de la gramática y su dominio de la literatura continuó creciendo día a día. Su amor por la lectura y el lenguaje nunca terminó. En su autobiografía cuenta cómo a los 63 años comenzó a estudiar idiomas, llegando a dominar el francés, el italiano, el latín y el español, el cual llegó a aprender con la suficiente fluidez como para poder leer libros enteros con una gran facilidad. Sin embargo, su amor por la aventura y su desapego por lo convencional, produjo ciertas frustraciones y desatinos en su juventud, que más tarde lo llevaron a reflexionar acerca de la necesidad de romper con viejos hábitos y crear hábitos de éxito. Franklin comprendió que si en verdad deseaba elevar su vida a un estado de mayor correspondencia entre los valores que sabía que debían guiar su vida y sus acciones, necesitaba desarrollar un plan de acción y un compromiso total para su crecimiento y desarrollo personal.En su afán por lograr una mayor claridad acerca de los valores y virtudes que le ayudaran a vivir una vida balanceada, plena y feliz, resolvió identificar las muchas virtudes que debían proveer dirección a su vida y se dio a la tarea de definirlas en pocas palabras, en términos precisos, evitando las definiciones demasiado amplias y confusas. Franklin buscó adquirir cada una de las virtudes anotadas y mantuvo notas diarias acerca de su progreso en esta tarea. Para tal efecto, y con la convicción de que el dominio de ciertas virtudes debería facilitar la adquisición de otras, según su criterio las escribió en el siguiente orden de prioridad: Templanza: No comas hasta sentirte harto. No bebas hasta la ebriedad. Silencio: No hables más de aquello que pudiera beneficiar a otros o a ti mismo. Evita las conversaciones triviales. Orden: Ten un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada parte de tu trabajo. Resolución: Comprométete a llevar a cabo lo que debes hacer. Haz sin falta lo que te has comprometido. Frugalidad: No gastes más que en lo que pueda hacer el bien a otros o a ti mismo. No desperdicies nada. Trabajo: No pierdas el tiempo. Ocúpate siempre en algo útil. Elimina todo acto innecesario. Sinceridad: No lastimes a nadie con engaños. Piensa con inocencia y con justicia. Si hablas, hazlo de acuerdo con esto. Justicia: No perjudiques a nadie, ni haciéndole daño, ni omitiendo lo que es tu deber. Moderación: Evita los extremos. No guardes resentimientos tanto tiempo como puedas creer que lo merecen. Limpieza: No toleres la falta de limpieza, ni en el cuerpo, ni en la ropa, ni en la vivienda. Serenidad: No te dejes alterar por pequeñeces, ni por accidentes comunes o inevitables. Castidad: Recurre al acto sexual rara vez, solo por motivos de salud o descendencia, pero nunca hasta sentirte harto o débil, y nunca si pudiera afectar tu propia paz, tu reputación o la de otra persona. Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates. En Franklin, el hábito de la auto - evaluación se convirtió en un compromiso que perduró hasta el final de sus días. Como resultado de ello disfrutó de grandes éxitos por lo menos en cinco campos distintos: los negocios, el periodismo, la ciencia y la política. Fundó el periódico la gaceta de Filadelfia, y fue pilar en el establecimiento de la primera biblioteca pública. Aunque desarrolló la batería eléctrica, su más famoso experimento fue el de la llave y la cometa para estudiar la naturaleza de la electricidad. Su mayor legado político fue el haber sido llamado a ayudar en la redacción de la constitución de los Estados Unidos.Benjamin Franklin fue un hombre feliz.En cierta ocasión expresó que debía su felicidad a la filosofía que él mismo había formulando medio siglo atrás, la cual resumió en las siguientes palabras: “El mejor servicio que podemos prestar a Dios es hacerle el bien a los demás”, y Franklin utilizó su interminable energía, su juicio, sentido común, tacto y pulso literario en hacer esto de todas las maneras posibles. Su vida fue un testimonio de amor al servicio. Servicio en pos de su éxito personal, servicio a su comunidad, su país y al mundo entero.Fuente: http://www.artehistoria.com El retorno de la inversión en entrenamiento ejecutivo de equipos gerenciales es exponencial y en minutos. Norman Vincent Peale. Te gustó? Compártelo ! Tweet Whatsapp Anterior Siguiente