web hit counter www.elmayorportaldegerencia.com - Cómo ser un triunfador
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El objetivo de la vida no consiste en ganar siempre, pero sí ganar muchas veces. Y si fracasamos rotundamente alguna vez será una bendición, pues nos torna más livianos para empezar nuevamente.

El triunfador:

Ser un triunfador no significa vencer y derrotar a los demás, sino responder con autenticidad, ser veraz, confiable, sincero y compasivo, tanto como individuo como miembro de la sociedad. El triunfador piensa para sí mismo, no se atemoriza, no juega al “pobrecito” o al “desamparado”, no le echa la culpa a los demás, no malgasta su tiempo, mira y visiona el futuro pero vive con intensidad “el aquí y el ahora”; aprende a reconocer sus sentimientos y limitaciones, se entusiasma con la vida, goza y se realiza con su trabajo, el juego, la comida; disfruta la relación con las personas, se preocupa por el mundo y la naturaleza, no intenta controlar a los demás. Aún en la adversidad no se siente indefenso, sino que lucha por un mundo mejor y se preocupa por él y sus habitantes; no se aísla de la sociedad y sus problemas sino que acciona, siente compasión y se compromete seriamente con esfuerzos serios para el mejoramiento de la calidad de su vida y la de los demás.

Goza con el triunfo, sin sentimientos de culpabilidad y disfruta de las realizaciones de los demás sin envidia. No teme emprender o buscar lo que desea y lo hace en forma apropiada, en definitiva, no esta dispuesto a ser un “perdedor”.

El emprendedor que logra estabilizarse y que alcanza a realizar sus sueños, en cualquier ámbito de la actividad humana, sin duda alguna, es un autentico triunfador, una persona de mil batallas, que disfruta de la vida, aprecia la belleza, descubre y saca a la luz lo mejor de sí mismo y lo mejor de los demás. El emprendedor deja este mundo mejor de lo que lo encontró. Sabe que ayuda a muchos en su desarrollo, alienta y motiva a quienes se desmoralizan, sirve de faro de esperanza al compartir nuevas visiones con los demás, vive su propia vida con intensidad, y entrega los frutos a la sociedad.

El perdedor:

Por oposición, el “perdedor”, quien también tiene toda la dotación para ser un triunfador, en algún momento en la línea de su existencia empieza a perder el norte y evade la responsabilidad de administrar su propia vida. Algunos de ellos equivocadamente se conceptúan como triunfadores, pero en realidad están atrapados, en actitud de espera, ansiosos e infelices. Otros se sienten incapaces de avanzar, caminan como zombis o están muertos por el aburrimiento diario, se lamentan de su mala suerte y son los demás, el gobierno, las variadas circunstancias o terceros quienes son la causa de todos sus males; sus juegos favoritos son culpar a los demás y vivir en el pasado, lamentándose de esta manera: “si hubiera nacido con otro apellido, con otra cara, si hubiera terminado mis estudios, si me hubiera casado con otra persona”, etc.

El perdedor también juega a vivir en el futuro, esperando un milagro o que algo mágico le suceda para “vivir por siempre feliz”, estas son sus expresiones: “el día en que yo me gradúe, el día que me case con la persona ideal, cuando los niños crezcan, cuando muera mi jefe, ya verán cuando me saque la lotería”, etc. Está ansioso porque no puede controlar ni sus cuentas, ni la crisis, ni las enfermedades, tampoco las condiciones climáticas, el calentamiento global o su empleo. Gasta todo su tiempo en dramatizar, imaginar, manipular, perpetuar los roles de su niñez y mantener sus máscaras, es un comediante que intenta olvidar su realidad, no explora nuevos caminos ni intenta algo nuevo, es un repetidor de sus propios errores, los de su familia o los de su cultura. Tiene dificultad en dar o recibir afecto; mal utiliza su inteligencia para racionalizar y justificarse continuamente engañando a los demás con su verbosidad o viveza criolla. En consecuencia, todo su potencial, competencias y habilidades permanecen irrealizadas e ignoradas.


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