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Los analistas nos encontramos ante problemas de limitaciones en cuanto a la documentación financiera aportada. Es normal que ante la avalancha de documentos solicitados, encontremos reticencias a la hora de que la misma nos sea facilitada.

En determinadas ocasiones, la ausencia de información tiene otros motivos, como puede ser el caso planteado en este post. El análisis del riesgo de un empresario autónomo. Es bien sabido que un empresario autónomo no está obligado al registro de una contabilidad “completa” como en el caso de las sociedades mercantiles, tan solo a la llevanza de los correspondientes libros de facturas emitidas, recibidas, gastos y bienes de inversión, con lo cual, nos encontramos ante un trabajo ciertamente complicado.

Existen de hecho muchos autónomos que facturan más que determinadas sociedades, con lo cual, deberemos extremar la precaución. No dispondremos por lo tanto de herramientas para analizar la rentabilidad o la liquidez de un empresario autónomo y será difícil observar la evolución de sus negocios durante los últimos ejercicios, con lo que este tipo de análisis se tiene que sustentar básicamente en las garantías personales.

Es cierto que en el caso de una Sociedad Limitada, la cuantía por la cual tiene que responder un empresario corresponde a su capital social, sin embargo en el caso de un empresario autónomo, este responderá con la totalidad de los bienes de los que disponga estén afectos o no a la actividad que realiza.

La documentación mínima que solicitaremos a un empresario autónomo para el análisis de su riesgo será la siguiente:

  • Fotocopia de DNI.
  • Declaración de la Renta de los 3 últimos ejercicios.
  • Nota simple del Registro de la Propiedad (Cargas vigentes).
  • Certificado de estar al corriente con Seguridad Social y AEAT (Actualizados).
  • Copia de contratos suscritos con clientes.
  • Histórico de ingresos y gastos apoyado por copias de sus últimas facturas.
  • Pool bancario.

Con esta información, tendremos la posibilidad de tener una visión ampliada de las garantías que puede aportar un autónomo. Mediante su nº de identificación, será conveniente consultar la base de datos de Asnef Equifax para comprobar si el cliente potencial tiene algún tipo de incidencia. Cobrará especial valor la documentación referente a la renta.

Como primer punto de control tendremos la referencia catastral de su vivienda habitual. Tenemos la posibilidad de acceder a la oficina virtual del catastro https://www1.sedecatastro.gob.es/OVCFrames.aspx?TIPO=CONSULTA con el fin de introducir dicha referencia y obtener todos los datos de la vivienda habitual (y de otros inmuebles). Para ampliar la información, podemos acceder desde la propia oficina, a la ubicación exacta en Google Maps. Estamos por lo tanto, en la puerta del domicilio del cliente potencial, interesante sin duda. En este momento es aconsejable acceder al Registro Mercantil con el fin de solicitar una nota simple que nos dará la información sobre las cargas vigentes en caso de haberlas.

Tendremos a continuación toda la información referente al estado civil, hijos, y otra información. Lo que nos será de mayor interés es el apartado de retribuciones obtenidas con el fin de analizar los ingresos anuales brutos, y compararlo con los consignados en las declaraciones de los ejercicios anteriores.

Otro punto a tener en cuenta son los rendimientos del ahorro. Podremos realizar un cálculo básico con el fin de ver a qué capital pueden corresponder si consideramos un precio medio de mercado en las retribuciones del pasivo bancario en la actualidad. Las deducciones por adquisición de la vivienda habitual nos darán la información sobre el peso que le supone al potencial, la deuda hipotecaria de su vivienda. Podríamos realizar un ratio de apalancamiento mediante este valor y los ingresos brutos obtenidos. No deja de ser un cálculo algo burdo al no disponer de información sobre el vencimiento de las deudas, pero en ocasiones es interesante.

Posteriormente tenemos acceso a rentas obtenidas por el arrendamiento de otros inmuebles, transmisiones de elementos patrimoniales, consignación del resultado de operaciones en bolsa, etc…

Hasta la fecha, la información con la que contamos es suficientemente valiosa como para componer un primer juicio previo, que perfilaremos con la información adicional facilitada.

El hecho de que un autónomo se acoja al sistema de módulos o de estimación directa, no nos facilita demasiado la labor, puesto que son sistemas muy lineales en los que la información sobre los ingresos brilla por su ausencia.

Los registros históricos de ingresos y gastos deben leerse con cautela, pues son compuestos directamente por el cliente potencial, y no disponemos de garantías sobre su veracidad al no requerir de registro ni certificación oficial. Es interesante intentar sustentar esta información con la copia de algún contrato con el cliente del potencial, o con un registro de facturación alternativo.

Una de las herramientas que deberíamos utilizar casi de manera obligatoria, son las referencias de las entidades bancarias, ya que al sernos facilitado el pool bancario, podremos establecer contacto con el fin de solicitar información sobre el cliente potencial.

A fin de cuentas, lo que intentamos averiguar es si el autónomo podrá hacer frente al pago de nuestras facturas y si en caso de insolvencia, si dispondría de patrimonio suficiente para responder. En la declaración de la renta no se consignan préstamos personales ni otro tipo de financiación que no sea la referente a la adquisición de la vivienda habitual, con lo cual sería muy aconsejable, solicitar al deudor una relación de todos los préstamos suscritos, con capitales vivos, cuotas mensuales y vencimientos de los mismos.

Aún contando con todo lo anterior, el hecho de no disponer de una mayor cantidad de información “oficial” siempre nos da una sensación de cierta inseguridad a la hora de evaluar este tipo de riesgos, ya que al final, la decisión adoptada no deja de ser una apuesta, en la que demostraremos nuestro nivel de confianza dependiendo de las garantías aportadas y de otros factores menos relevantes.

Fuente: Antonio Ortega.


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