Análisis de Riesgos (VII). ROE y ROA. Tips Riesgos Una vez vista la capacidad de la empresa para generar cash, debemos estudiar la rentabilidad de la empresa, así como el rendimiento de sus activos. Para ello, utilizaremos dos ratios bastante importantes a la par que sencillos. Cabe considerar en este punto, que vamos a realizar una contraposición de manera obligatoria. Por una parte, está el riesgo que vamos a asumir, y por otra, la capacidad de respuesta del cliente potencial. Para ello, una vez valorado el riesgo en el que se basa la operación planteada, necesitamos conocer dicha capacidad de retorno para seguir adelante o para desestimar la operación de manera definitiva. En primer lugar, calcularemos lo que se denomina como ROE (Return of Equity) o Rentabilidad sobre Recursos Propios. Este ratio, mide la rentabilidad obtenida por los accionistas de los fondos que se han invertido en la sociedad. Para ello, dividiremos el Beneficio Neto / Fondos Propios. Este indicador es un ratio puramente de rentabilidad en tanto que relaciona el beneficio después de impuestos y resultado financiero frente a los capitales aportados. Rentabilidad pues que define la capacidad de la empresa para remunerar a sus accionistas. También es posible realizar el cálculo del ROE de forma desglosada mediante lo que se conoce como la “Descomposición de Dupont” que no es más que el cálculo del mencionado indicador por fases, o empleando otros indicadores de tal modo: ROE = Margen x Rotación x Apalancamiento, es decir: ROE = (BAII / Ventas) x (Ventas / Activo) x (Activo / Recursos Propios) El siguiente ratio, y por supuesto no menos importante, es el ROA (Return of Assets) o rentabilidad de activos. Este indicador se calculará realizando la división entre BAII / Activo. Efectivamente es un ratio de rendimiento de las inversiones, y por ello, cobra especial importancia ya que es un indicador muy tenido en cuenta por las entidades de crédito en tanto que supone la capacidad de los activos de la empresa, para generar beneficio o retorno de la propia inversión. Es por ello que en este cálculo se toma como base el beneficio antes de intereses e impuestos, ya que el rendimiento calculado siempre será con independencia de la financiación de las inversiones. Obviada la carga financiera así como fiscal, un banco o entidad de análisis de riesgos, podrá obtener un porcentaje de rendimiento sobre inversiones, y compararlo directamente con el riesgo de la operación. Pongamos un caso práctico. Una empresa solicita un crédito a una entidad financiera para adquisición de maquinaria. El banco solicita información económica a la sociedad, obteniendo los siguientes datos. BAII: 60.000 € Resultado financiero: 25.000 € Impuesto s/sociedades: -8.750 € Beneficio Neto: 76.250 € Fondos Propios: 1.000.000 € Activo: 1.500.000 € Mediante estos datos, el banco calcula los indicadores anteriores: ROE (Bº Neto / Fondos Propios) = 76.250 / 1.000.000 = 7,62 % de rentabilidad. ROA (BAII / Activo ) = 4% de rendimiento. En base al ROE obtenido, los accionistas obtienen una remuneración de un 7,62 %. Para leer el ROE, se tendrán sin embargo que tomar varias consideraciones. Es un ratio que informa de rentabilidades pasadas, no futuras. Además, siempre deberá tomarse en consideración el riesgo de la operación. Es decir, si la empresa está muy apalancada, o arrastra problemas sistémicos o de liquidez por mencionar algunos, probablemente sea preferible una inversión segura a una menor rentabilidad. En el caso de las inversiones (que serán tratadas en publicaciones futuras) siempre se toma como medida el bono del estado, ya que se considera una inversión de total seguridad, con lo cual, compararemos la rentabilidad ofrecida por un bono sabiendo que se trata de una inversión con riesgo prácticamente nulo, y la rentabilidad que nos ofrece la otra alternativa. El hecho de que el ROE nos ofrezca un valor bajo no necesariamente nos indica rentabilidades insuficientes, con lo cual tenemos que valorar siempre el sector al que pertenece la sociedad, puesto que dependiendo del sector, podremos encontrar grandes fluctuaciones en este indicador. Respecto al ROA, obtenemos un valor de un 4%. Si en el caso de la operación planteada al banco, el tipo de interés fuese un 6,5%, la entidad de crédito denegaría la operación en el acto puesto que los activos no generar un rendimiento o retorno capaz de cubrir los costes financieros que supone la financiación de la inversión. Es por ello que el ROA cobra una especial importancia, ya que si el ROA > interés de la operación, se entiende que habrá cobertura de los costes financieros, en cuyo caso, el valor es óptimo. Dicho de otro modo, una empresa nunca debe endeudarse por encima de su ROA. Es muy interesante el hecho de realizar un seguimiento a este ratio para comprobar la evolución de la rentabilidad que suponen las inversiones de las sociedades, pues podemos encontrar en muchos casos, estados financieros que nos indican que no por incrementar progresivamente el volumen de los activos, se obtiene un rendimiento directamente proporcional a las inversiones. De manera conjunta, ambos ratios nos están dando una información de gran valor sobre rentabilidad de la sociedad y rendimiento de sus activos, lo que sumado a todos los procedimientos anteriormente vistos, nos posibilita para elaborar una composición de lugar y poder tomar una decisión final sobre nuestro análisis. Fuente: Antonio Ortega. El retorno de la inversión en entrenamiento ejecutivo de equipos gerenciales es exponencial y en minutos. Norman Vincent Peale. Te gustó? Compártelo ! Tweet Whatsapp Anterior Siguiente