Frases Célebres de Nietzsche Tips Frases Celebres ¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?. ¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos?. ¿Vas con las mujeres? No olvides el látigo. A la mujer le gusta creer que el amor puede lograr cualquier cosa: es su superstición peculiar. Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos. Aun el más animoso de nosotros sólo raras veces tiene ánimo para lo que él propiamente sabe. Con harta frecuencia, sin embargo, la objetividad no es más que una frase. Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz. Cuando hay mucho que poner en ellos, un día tiene un centenar de bolsillos. Cuando más se aproxima la aurora, más oscura es la noche. Cuando me encuentro con una criatura, encuentro la voluntad del poder. Dejando a un lado unos cuantos escépticos, prototipos de decencia en la historia de la filosofía, los demás no tienen más leve concepción de la integridad intelectual. Dicho con cierta libertad metafórica: el árbol siente sus raíces más de lo que podría verlas; y este sentimiento se mide por el tamaño y la fuerza de las ramas visibles. Dios ha muerto. Parece que lo mataron los hombres. El amor es el estado en el cual, la mayoría de las veces, el hombre ve las cosas como no son. El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro. El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices. El dolor dice: ¡pasa!; pero todo placer quiere eternidad, quiere profunda, profunda eternidad. El egoísmo es la esencia misma de un alma noble. El espíritu puro es la mentira pura... El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme. El hombre del conocimiento no solo tiene que saber amar a sus enemigos, tiene también que saber odiar a sus amigos. El hombre es una cuerda tendida del animal al superhombre, una cuerda sobre un abismo. El hombre que está muy ocupado rara vez cambia de opinión. El hombre quiere que la mujer sea pacífica; pero en realidad es esencialmente belicosa, como el gato. El hombre religioso sólo piensa en sí mismo. El hombre se define como ser que evalúa, como ser que ama por excelencia. El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa. El hombre tiene más de mono que muchos de los monos. El hombre, el más valeroso de los animales y el más habituado al sufrimiento, no repudia el sufrimiento en sí: lo quiere y hasta lo busca a condición de poder encontrarle un sentido, un objeto. El hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza. El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo. El matrimonio acaba muchas locuras cortas con una larga estupidez. El mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación. El pensador sabe considerar las cosas más sencillas de lo que son. El que niega su propia vanidad suele poseerla en forma tan brutal, que debe cerrar los ojos si no quiere despreciarse a sí mismo. El que no pueda bendecir, que aprenda a maldecir. El que ríe mejor hoy reirá también el último. El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería. El sentimiento de lo trágico aumenta y disminuye con la sensualidad. El sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse. En algunos la castidad es una virtud, en muchos es casi un vicio. En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón. En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre. En los tiempos primitivos el hombre creía que cuando soñaba entraba en un segundo mundo real.En esto estriba el origen de toda la metafísica. Sin los sueños no hubiera habitado justificación para un mundo dualístico. Es de noche. Ahora se eleva más alta la voz de los surtidores, y mi alma es también un surtidor. Es una hipocresía muy noble no hablar de sí mismo. Este arte de la ficción llega a su cima en el ser humano: aquí el engaño, la adulación, la mentira y el fraude, las habladurías, la hipocresía, el vivir de lustres heredados, el enmascaramiento, el convencionalismo encubridor, el teatro ante los demás y ante uno mismo, en una palabra, el revoloteo incesante en torno a la llama de la vanidad es hasta tal punto la regla y la ley... Fe significa no querer saber la verdad. Hay almas esclavizadas que agradecen tanto los favores recibidos que se estrangulan con la cuerda de la gratitud. Hay casos en que es indecoroso seguir viviendo. Se debe morir orgullosamente cuando ya no es posible vivir con orgullo. La demencia en el individuo es algo raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla. La edad de casarse llega mucho antes que la de quererse. La especie de mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. El engañar a los demás es un defecto relativamente raro. La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre. La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte. La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido. La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño. La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano. La mujer comprende al niño mejor que el hombre, pero el hombre es más niño que la mujer. La mujer fúe el segundo error de Dios. La mujer perfecta es un tipo humano superior al varón perfecto, pero también es un ejemplar mucho más raro. La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio. La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar. La preponderancia del dolor sobre el placer es la causa de nuestra moral y de nuestra religión ficticias. La sencillez y naturalidad son el supremo y último fin de la cultura. La tierra tiene una piel, y esa piel tiene enfermedades. Una de esas enfermedades se llama hombre. La verdad es que amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a ella, sino porque estamos acostumbrados al amor. La vida es un instinto de desarrollo, de supervivencia, de acumulación de fuerzas, de poder. Las convicciones son más peligrosos enemigos de la verdad que las mentiras. Las mujeres siempre intrigan en secreto contra el alma superior de sus maridos; siempre quieren apartarles de su futuro con el cebo de un presente cómodo y libre de sufrimiento. Las razas laboriosas encuentran una gran molestia en soportar la ociosidad. Lo absurdo de una cosa no prueba nada contra su existencia, es, más bien, condición de ella. Lo que hacemos no es nunca comprendido, y siempre es acogido sólo por los elogios o por la crítica. Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti. Lo que no me mata, me fortalece. Los buenos escritores tienen estas dos cosas de común: prefieren ser comprendidos a ser admirados, y no esciben para el lector demasiado astuto y demasiado crítico. Los genios son una materia explosiva en la que se halla acumulada una cantidad inmensa de potencia. Se deben a que durante largos siglos ha ido reuniéndose y atesorándose la energía para su uso sin que tuviera lugar ninguna explosión. Los médicos más peligrosos son aquellos que, habiendo nacido actores, imitan a los verdaderos médicos con perfecta impostura. Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos. Los parientes de su suicida siempre toman a mala parte que aquél no haya seguido viviendo por consideración a la dignidad de la familia. Los que más han amado al hombre le han hecho siempre el máximo daño. Han exigido de él lo imposible, como todos los amantes. Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho de tener hijos. Nada más hipócrita que la eliminación de la hipocresía. Negar a Dios será la única forma de salvar el mundo. No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada. No hay, en la naturaleza toda, criatura más triste y repugnante que el hombre que ha desertado de su genio y que mira a derecha y a izquierda, detrás suyo y en todas las direcciones. No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior. Nuestro destino ejerce su influencia sobre nosotros incluso cuanto todavía no hemos aprendido su naturaleza; nuestro futuro dicta las leyes de nuestra actualidad. Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro no la olvida. Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo. Porque en el hombre moderno la avidez por la forma bella que dicta la moda se corresponde con la fealdad de su contenido. Queremos servir a la historia sólo en la medida en que ella sirve a la vida Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes. Siempre es consolador pensar en el suicidio: de este modo se puede sobrellevar más de una mala noche. Siempre que lo que se disputa en el juego no es ni el amor ni el odio, las mujeres juegan torpemente. Sin arte la vida sería un error. Sin música la vida sería un error. Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado. Sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder. Suspirar por una fe sólida no es la prueba de un convencimiento sólido, sino todo lo contrario. El hombre que tiene una fe verdaderamente fuerte puede permitirse el lujo del escepticismo. También Dios tiene su infierno: es su amor a los hombres. Tenemos arte para no morir de la verdad. Tener fe significa no querer saber la verdad. Toda convicción es una cárcel. Toda gran filosofía es la confesión de su creador y una especie de autobiografía involuntaria e inconsciente. Toda virtud tiene sus privilegios: por ejemplo, el de contribuir con su pequeña tea a la hoguera de los condenados. Todas las cosas retornan eternamente, y nosotros con ellas: hemos existido ya innumerables veces y todas las cosas con nosotros. Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan. Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño. Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal. Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad. Un buen escritor posee no sólo su propia inteligencia, sino también la de sus amigos. Un filósofo casado es un personaje cómico. Un filósofo casado es, para decirlo claro, una figura ridícula. Un hombre dice: A juzgar por el efecto que a mí me ha causado, este libro es dañino. Dejadle esperar y puede que un día confiese que le hizo un gran servicio al descubrirle una enfermedad oculta de su alma. Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya. El retorno de la inversión en entrenamiento ejecutivo de equipos gerenciales es exponencial y en minutos. Norman Vincent Peale. Te gustó? Compártelo ! Tweet Whatsapp Anterior Siguiente