Lecciones de la historia de David y Goliat Tips Estrategia “En realidad, Goliat tenía tan pocas posibilidades de derrotar a David como cualquier guerrero de la antigüedad armado con una espada hubiera tenido en contra de un oponente que empuñara una moderna pistola automática calibre 45” (del historiador Robert Dohrenwend). Hace unos tres mil años, un niño pastor, el más pequeño y joven de su familia, corrió al campo de batalla para enfrentar a un guerrero gigante. Llevaba consigo cinco piedras lisas y una honda. Este chico y su historia tienen mucho que enseñarnos como hombres y mujeres orientados al liderazgo empresarial en nuestros días. Su nombre era David, y como el menor de ocho hijos, a menudo se lo dejaba fuera de las actividades divertidas y emocionantes de sus hermanos mayores. Mientras los tres hermanos mayores se preparaban para la guerra, David fue enviado a Belén para cuidar ovejas. Sin teléfono celular, bicicleta o pelota de fútbol para entretenerse, las cosas pueden resultar algo aburridas. Pero en la época de David lo divertido para los jóvenes era aprender a usar una honda y disparar piedras a objetivos específicos. La historia de David y Goliat es una fuente de inspiración. Como caso de éxito en el contexto de las batallas antiguas, provee valiosas lecciones para el liderazgo empresarial en el siglo XXI. Para ayudarte a entender lo que esto significaba, como caso de éxito en el contexto de la antigua historia hebrea, un hábil “hondero” en el mundo antiguo era tan mortífero como un experto francotirador de hoy. Hay pinturas medievales que muestran a los honderos derribando pájaros en medio vuelo e historias de honderos capaces de acertarle a una moneda desde lejos. Tan importante era la honda en la antigüedad que hasta los legendarios guerreros del Imperio Romano inventaron un artefacto especial de pinzas para poder extraer las piedras incrustadas con una honda de los cuerpos de sus enemigos a fin de recuperar el proyectil. David practicó arrojar piedras una y otra vez, trató de apuntar a muchos objetivos diferentes desde distintos ángulos, practicó mientras se movía o permanecía inmóvil. Llegó a matar muchos animales salvajes con su honda y, se hizo muy habilidoso en eso. Pero volvamos al frente de batalla. Durante cuarenta días consecutivos, los hermanos mayores de David se levantaron, vistieron su armadura y se dirigieron al campo de batalla. Allí, todas las mañanas, durante cuarenta días, un filisteo gigantesco llamado Goliat, con una altura estimada de dos metros, se pavoneaba de su fuerza, y burlándose de los israelitas los desafiaba a una “guerra representativa”. Es decir que la batalla debería definirse entre solo dos guerreros, los más fuertes de cada bando. En aquella época, esta era una forma aceptable de resolver las diferencias, ya que se evitaba el fuerte derramamiento de sangre proveniente de una batalla abierta entre ejércitos. Imagina el miedo de los soldados. Ninguno de ellos, que ni siquiera le llegaban al hombro a este gigante, querría enfrentar a un enemigo que llevaba canilleras de bronce para proteger sus piernas, placas de bronce para proteger sus pies, un casco de metal duro y, además, presumía de experto en el combate cuerpo a cuerpo. Para ello llevaba tres armas temibles: una jabalina de bronce, una gran espada y una lanza de corto alcance. El miedo los paralizaba. En esa mañana en particular, David dejó el rebaño (como se lo indicara su padre) para llevar panes a sus hermanos mayores y queso a sus comandantes. Llegó cuando los ejércitos salían al frente de batalla. David rápidamente dejó la comida con el encargado de los suministros y corrió a la línea del frente para hablar con sus hermanos. Fue en este momento que David escuchó el desafío del gigante. Goliat desafiaba gritando: “Elegid un hombre y dejad que venga a mí. Si él es capaz de pelear y matarme, nos convertiremos en sus súbditos; pero si yo lo supero y lo mato, los israelitas serán nuestros súbditos y nos servirán como esclavos”. David inmediatamente se adelantó y dijo que quería luchar contra este gigante. La respuesta fue: “No eres capaz de luchar contra este hombre, solo eres un niño, y él ha sido un poderoso guerrero desde su juventud”. En respuesta, David recitó su curriculum vitae de los logros obtenidos con su honda y por qué tendría éxito en esta desigual batalla. Finalmente, el comandante israelita accedió a los ruegos de David y lo hizo vestir con una túnica fina, una armadura ligera y un casco de bronce. Después de caminar un trecho con este equipo de batalla, David decide no usarlo, ya que no estaba acostumbrado a él. David se quitó la armadura y se agachó para recoger cinco piedras lisas y colocarlas en su bolsa de pastor. Con su honda en mano, se acercó al gigante. Al hacerlo, Goliat reconoció que era apenas un niño, un joven enviado a luchar contra él, un guerrero poderoso, y se sintió insultado. Goliat esperaba encontrarse con un igual. Alguien tan grande, bien entrenado y bien armado como él. Alguien que, al ser derrotado, hubiera sido un oponente digno. David, por otro lado, no tenía interés en honrar los rituales del combate tradicional. Tenía la intención de luchar como infantería ligera, y cuando se acercó a Goliat, echó a correr hacia él mientras buscaba una piedra en su bolsa de pastor. La arrojó con su honda, y la piedra se hundió profundamente en la frente de Goliat. Momentos después, Goliat se desplomó y cayó boca abajo al suelo. Entonces David corrió hacia él, le quitó su espada y le cortó la cabeza. Conclusiones: Las estrategias bien planificadas dan poder y fuerza competitiva a una empresa. Para desarrollar el liderazgo empresarial en un equipo o empresa exitosa, necesitas una ventaja. Es decir, necesitas hacer algo de manera diferente o mejor que tus competidores. Pero si tu equipo no sabe cuál es esa ventaja, o no está capacitado y concentrado en ella, no tienes ninguna ventaja. David tenía una ventaja en la movilidad, la velocidad y la capacidad de realizar un ataque de precisión desde lejos. Pero también tenía una táctica ganadora. Evitó enviar a todo su ejército a la batalla hasta haber tenido tiempo de probar algunas acciones de combate individuales. De esa manera, pudo guardar sus mejores recursos y energía para las batallas siguientes. Hoy en día esa táctica sería la de los emprendedores que generan nuevas ideas, algunas de ellas rupturistas que dan como resultado un nuevo paradigma competitivo. Los casos de éxito en el mundo de los negocios tienen más que ver con la novedad y la creatividad, que con la repetición de logros del pasado. El final: cuando los filisteos vieron a David sosteniendo la cabeza de Goliat huyeron despavoridos, y el ejército israelita los persiguió y los aniquiló. David se convirtió en héroe de su pueblo y unos años después fue su rey y gobernó con sabiduría y prudencia por muchos años. ¿No querrías hacer lo mismo con tu competencia? Por Marcelo French El retorno de la inversión en entrenamiento ejecutivo de equipos gerenciales es exponencial y en minutos. Norman Vincent Peale. Te gustó? Compártelo ! Tweet Whatsapp Anterior Siguiente