Imperio Romano. Tips Imperios El Imperio Romano comenzó en el año 27 a.C. al otorgársele a Octavio el título de Augusto. El Senado le concedió el carácter de ”Imperator”, “Padre de la Patria” y “Princeps Senatus”. Fue considerado hijo del César divinizado y se le otorgó poder consular a perpetuidad. Bajo el mantenimiento de las formas republicanas, se va avanzando paulatinamente a un sistema de poder monárquico y militarista. A este período se le conoce con el nombre de Alto Imperio. Luego vinieron cuatro dinastías de emperadores: la de los Julio-Claudios, la de los Flavios, la de los Antoninos y la de los Severos. Todos gobernaron con un poder casi absoluto basado fundamentalmente en el ejército. Las fronteras del imperio se siguieron expandiendo, anexionándose Mauritania en el año 37, Inglaterra en el año 84 y Dacia en el año 105. Durante el gobierno de Augusto se puso fin a las guerras civiles y comenzó a vivirse una época de orden, seguridad y prosperidad, con gran florecimiento artístico y cultural, conociéndose esta etapa como la ”Pax Romana”. La máxima extensión del imperio fue alcanzada con Trajano, quien venció a los partos y conquistó en el año 117 Armenia y Mesopotamia. Las distintas provincias incorporadas a la dominación romana se dividieron en senatoriales e imperiales. Las primeras estaban bajo la administración del Senado. Las segundas estaban bajo el control del Emperador. Allí se encontraban las legiones. Al estar dividida la potestad provincial entre el Emperador y el Senado, se habla de una diarquía. La ciudad más importante del imperio era Roma, su capital. En ella se manifestaba una gran opulencia, donde los miembros del orden senatorial y los ricos caballeros habitaban en los “domus”, residencias muy lujosas, aunque la mayoría de la población vivía muy modestamente, en los “insulae”, casas de inquilinato de hasta cuatro pisos, inseguras e incómodas. Con la muerte de Alejandro en el año 235 terminó la dinastía de los Severos y el imperio se sumergió en la anarquía. El gobierno estuvo a cargo de jefes militares que gobernaban poco tiempo, sucediéndose gran cantidad de gobernantes que enseguida eran derrocados por otro jefe militar más poderoso. El Bajo Imperio, llamado así porque al frente del poder se hallaba un ”Dominus”, un rey con características de divinidad, comienza con Diocleciano, que gobernó entre los años 284 y 305, estableciendo el sistema de la tetrarquía y pacificando el territorio. El imperio fue dividido en una zona occidental, bajo su gobierno, y en otra oriental, a cargo de Maximino, eligiendo un César cada uno. Luego de veinte años de gobierno, los Augustos fueron reemplazados por los Césares. Aumentaron la burocracia y la centralizaron, acrecentaron el número de provincias y persiguieron a los cristianos ferozmente, disponiéndose por edicto la obligación del culto imperial. Templos y libros fueron destruidos y los cristianos padecieron la cárcel y torturas. En el año 395 Teodosio I divide el Imperio entre sus dos hijos: Honorio, a quien le correspondió el Imperio de Occidente con capital en Roma, y Arcadio, a quien le correspondió el Imperio de Oriente o Bizantino con capital en Constantinopla. La decadencia del imperio apareció debido al aumento de los gastos originados en un estado burocrático y militarizado y a la presión de los pueblos bárbaros por traspasar las fronteras imperiales. En el año 476, el Imperio de Occidente cayó en poder de estos pueblos. El de Oriente, más sólido económicamente, subsistió hasta 1453, año en el que Constantinopla cayó en poder de los turcos otomanos. El retorno de la inversión en entrenamiento ejecutivo de equipos gerenciales es exponencial y en minutos. Norman Vincent Peale. Te gustó? Compártelo ! Tweet Whatsapp Anterior Siguiente