Sacro imperio Romano Germánico. Tips Imperios El Tratado de Verdún en el año 843 había dividido el Imperio Carolingio en tres zonas: Germania o Francia Oriental, Francia Occidental y Lotaringia, zona situada entre las anteriores. Los invasores nórdicos aprovecharon la debilidad en que se encontraba Europa, tras la muerte de Carlomagno y atacaron desde varios flancos. Los daneses comenzaron a controlar las rutas del mar del Norte, los noruegos invadieron el norte de Escocia e Irlanda, incluyendo las costas occidentales inglesas. La Francia Oriental, ubicada al este del río Rhin, debió soportar los ataques de los húngaros y los eslavos, con lo que el poder del rey fue perdiendo prestigio y fortaleza, contrariamente a los nobles, que poco a poco fueron controlando el gobierno, eligiendo a los reyes, cargo que comenzó a transformarse en electivo luego de la desaparición de la dinastía carolingia. Esto motivó la fragmentación entre un poder central y varias autoridades locales. Con la aparición de Otón I, cuyo prestigio fue adquirido al derrotar a los húngaros y a los eslavos, renace la idea de la autoridad imperial. Al igual que Carlomagno, realizó una alianza con el Papa y se coronó emperador en el año 962, dando nacimiento a un nuevo imperio: el Sacro Imperio Romano Germánico. En su máximo esplendor llegó a estar integrado por los actuales países de: Alemania, Austria, Suíza, Liechtenstein, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, República Checa, Eslovenia, el este de Francia, el norte de Italia y el oeste de Polonia. Fue disuelto en 1806 por Napoleón Bonaparte. El retorno de la inversión en entrenamiento ejecutivo de equipos gerenciales es exponencial y en minutos. Norman Vincent Peale. Te gustó? Compártelo ! Tweet Whatsapp Anterior