web hit counter www.elmayorportaldegerencia.com - Cómo ser un buen gerente
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En toda organización grande, existe una jerarquía de manejo que mantiene toda la operación sin problemas. Un buen gerente actúa como facilitador mientras se mezcla con el ambiente y ajusta pequeñas cosas por aquí y por allá para lograr un gran efecto. Ser un buen gerente tiene que ver con liderar calmadamente y ser un ejemplo. Es uno de los trabajos más difíciles que existe, en parte porque tienes que manejar egos y expectativas. Y también es uno de los menores reconocidos. A pesar de ésto, existen varios trucos del oficio que te ayudarán a manejar exitosamente toda tu responsabilidad, con estilo y empuje.

Motivar a tus empleados.

Motiva a las personas. ¿Por qué están los empleados allí? ¿Qué los mantiene en tu organización y los frena a irse a otro lado? ¿Qué hace que los días buenos sean buenos? ¿Qué los hace mantenerse en la organización después de un día malo o una semana mala? No asumas que es el dinero. La mayoría de las personas no son así de unidimensionales. Recuerda, nuestros valores son lo que nos "marca". Si gestionas respetando los valores de tu equipo, te darán 110 por ciento de su esfuerzo. Pregúntale a los empleados qué tanto les está gustando su trabajo de forma regular. Estimúlalos a ser honestos contigo. Luego toma acciones basadas en lo que te dijeron. Ofrece gratificaciones que tus empleados valorarán. Si la salud es importante para ello,s dales tiempo para ir al gimnasio y ejercitarse. Si su familia es importante, respeta el tiempo que puedan necesitar para enviar a sus hijos a la escuela en la mañana o recogerlos en la tarde.

Haz que las personas se sientan bien acerca de lo que hacen. El gerente exitoso es excelente para identificar las fortalezas de sus empleados y aplaudirles de vez en cuando. Ésto es porque los buenos gerentes saben que las personas contentas hacen personas productivas. Trata de alabar las fortalezas de tus empleados tanto en público como en privado. En una reunión con tu jefe, por ejemplo, menciona algo que uno de tus trabajadores haya hecho bien. Si tu jefe menciona a ese trabajador del cual has dicho algo bueno, es probable que sientan que los aprecias y que has hecho un esfuerzo para dar una buena palabra sobre ellos. Ese tipo de compromiso no pasa inadvertido. En privado, elogia lo que tus empleados hacen bien. Diles cuando tengas un momento. Hazlo en detalle. Un chat privado, aunque sea corto, puede tener un gran impacto en la moral, resultando en motivación personal.

Dile a tus empleados cuánto los aprecias de vez en cuando. Sólo ve y dilo. Pídeles para ir a tomar una taza de café y diles lo que aprecias de ellos. Que son trabajadores fuertes, motivan efectivamente a otras personas, son fáciles de entrenar, son disciplinados o avanzan la milla extra, siempre te dan ánimos, etc. No te guardes palabras, simplemente dilas abiertamente. Un empleado que sabe cuánto es apreciado trabajará más fuerte, disfrutará más lo que hace y pasará esa felicidad física a otros empleados.

Fijar objetivos.

Promete poco y entrega mucho. Esta idea puede aplicarse a diferentes áreas de la vida, pero es un excelente mantra gerencial. ¿Quieres ser el tipo de persona que tiene objetivos ampliamente optimistas que nunca logran o quieres ser el tipo de persona que fija objetivos mesurados y los termina excediendo a pasos agigantados? Aunque ésto tiene que ver con la imagen, la imagen es extremadamente importante. No seas el tipo de persona que nunca apunta a la luna. Mantenerte mesurado en tus metas no significa que siempre debas jugar de manera conservadora o nunca poner objetivos altos. Un gerente que nunca pelea con un peso mayor puede presentarse como falto de ambición. Incluso el jugador de póker conservador sabe que necesita arriesgar de vez en cuando.

Asegúrate que cada empleado sabe lo que se espera. Tener metas concretas faculta a tus empleados y los mantiene enfocados en el trabajo. Explica explícitamente lo que esperas, cuándo es la fecha límite y qué harás con los resultados.

Ofrece retroalimentación orientada hacia los objetivos. Proporcionar a tus empleados con opiniones rápidas que se enfocan en su trabajo puede ayudarlos a fomentar la mejoría. Reúnete con equipos pequeños o uno a uno y repasa tus comentarios en detalle. Fija un horario para retroalimentación. Ofrécelo regularmente para que tus empleados sepan cuando esperarlo y puedan hacer espacio en su flujo de trabajo.

Mantente en los estándares más altos. Todos conocemos el tipo de gerente que constantemente exige a los demás y cuando se trata de sí mismo deja pasar sus fallos. No seas este tipo de gerente. Idealmente, se más duro contigo mismo que con tus empleados. Ésto puede tener un efecto hacia abajo: los empleados ven los tipos de objetivos y estándares que fijas para ti mismo y quieren emularte porque te admiran.

Delegar responsabilidad.

Delega. Eres un gerente porque eres bueno en lo que haces, pero eso no significa que debes hacer todo por ti mismo. Tu trabajo como gerente es enseñar a otras personas cómo hacer un buen trabajo.

Empieza con algo pequeño. Da a otras personas tareas que, si las hacen incorrectamente, puedan arreglarse. Toma la oportunidad de enseñar y facultar a tus empleados. Luego, gradualmente dales tareas con mayor responsabilidad mientras vas conociendo sus fortalezas y debilidades.

Aprende a anticipar problemas que puedan tener para poder entrenarlos apropiadamente antes de que empiecen.

Asigna tareas que hagan mejorar a tus empleados. A medida que tus trabajadores empiezan a tomar más responsabilidad y demostrar que son capaces, dales tareas que expandirán su lista de habilidades y les ayudará a hacer más propio su trabajo. No solamente estás averiguando cuántos empleados puedes manejar, sino que los estás haciendo más valiosos para la empresa.

Asume la responsabilidad por los errores de tus empleados. Cuando uno de tus subordinados comete un error, no te enseñorees sobre ellos. Asume el error como tuyo, incluso si técnicamente no es tuyo. Lo que estás haciendo es crear una cultura donde tus empleados se sienten cómodos cometiendo errores. Éste es un concepto muy importante: Hacer ésto permite a tus empleados innovar y, al final, aprender y crecer. Los trabajadores que aprenden de sus errores crecerán para convertirse en mejores trabajadores. Aquellos que fallan en cometer errores en primer lugar, usualmente juegan a lo seguro, sin aventurarse en aguas profundas.

No te lleves el crédito por los logros de tus empleados. Deja que ellos se lleven el crédito por sus propios logros. Ésto los motiva a seguir buscando después del éxito. El gerente exitoso es como un director de orquesta. Dirige la música para que cada elemento suene tan bien como sea posible y resuene con el grupo como un todo. Un gran director liderará con el ejemplo, mezclándose con el ambiente. ¿Qué sucede si eres el tipo de gerente que se "roba" la idea de alguien y la hace como si fuera suya? Envías un mensaje de que sólo te importa tu imagen y que eres lo suficientemente despiadado para sacrificar a alguien más con tal de seguir adelante. No es una gran imagen para presentar y ciertamente no motiva a las personas debajo tuyo para que trabajen más fuerte. Puedes estar pensando... tomar la responsabilidad por los errores de otras personas y no llevarse el crédito por lo que hacen tus empleados, "¿dónde me deja ésto?" Si haces un buen trabajo y eres un gerente efectivo, no debes preocuparse por adornar tus laureles. La gente reconocerá el trabajo que haces. Aún más importante, estarán impresionados porque motivas a tus empleados, sabes cómo ser humilde y mantenerte fuera del camino. Si trabajas duro, obtendrás tus recompensas.

Reconoce tus propios errores. Cuando las cosas no salen como lo esperabas, reconoce lo que podrías haber hecho diferente y verbaliza esta comprensión a tus empleados. Ésto les muestra que tú también cometes errores y también les muestra cómo deben manejar sus propios errores. Cuando estés haciendo algo correctamente después de haberlo de manera incorrecta en el pasado, déjalo saber a cualquiera que esté viendo. Por ejemplo: "La razón por la que sé presionar este botón es porque ya me pasó cuando apenas empecé y cometí el error de presionar el botón azul, al pensar que 'ésto debe apagar el sistema y resolver el problema' y resultó (de mala manera) que hizo el problema aún peor".

Comunicarse efectivamente

Mantén la puerta abierta. Siempre recuérdale a la gente que si tienen alguna pregunta o preocupación, estás listo y dispuesto a escuchar. Mantener un canal de comunicación abierto te hará consciente de los errores rápidamente, para que puedas arreglarlos lo más pronto posible.

No seas uno de esos gerentes que sin advertencia hace sentir a un empleado como que está molestando cuando lleva una pregunta o preocupación. En lugar de verlo como otra crisis para manejar, mírala como una oportunidad de mostrar a su empleado cuánto quieres que esta organización sea un lugar de trabajo completo.

Nunca minimices o descartes las preocupaciones de tus empleados. Siempre asegúrate que has contestado sus preguntas completamente.

Toma interés en tus empleados. No hagas que tu interacción con tus trabajadores sean estrictamente por negocios. Pregúntales por su bienestar, habla con ellos sobre ti y establecer una conexión personal.

Estar conectado con tus empleados fuera de la oficina puede alertarte potencialmente en tiempos en los que esa persona necesita una consideración extra de tu parte, por ejemplo si de repente requiere tiempo libre por un funeral familiar. Si puedes ser complaciente sobre complicaciones en la vida personal de tus trabajadores, se sentirán bien al guardarte lealtad.

Conoce tus límites. No traspases y le pidas a tus empleados acerca de algo demasiado personal, como religión, política o relaciones personales. Puedes mantener una relación amistosa sin ser invasivo.

No mezcles retroalimentación positiva y negativa. Di que estás dando retroalimentación a tu empleado en una evaluación de desempeño. Empiezas mencionando lo interesante que es trabajar con el empleado y agrega una o dos cosas adicionales en las que es excelente. Luego pasas a una lista de defectos ("su producción fue baja este cuatrimestre", "se perdieron ingresos", etc. ¿Qué piensas que el empleado escucha con más resonancia, lo positivo o lo negativo?

Cuando mezclas retroalimentación positiva y negativa, ambas áreas sufren. Lo positivo se ve eclipsado por lo negativo y lo negativo no presenta la fuerza completa de su impacto potencial. Por supuesto, puedenhaber situaciones en las que quieras comunicar ésto, pero en general hace que la comunicación sea menos efectiva.

Cuando separas la retroalimentación positiva y negativa, lo positivo resalta aún más y lo negativo se vuelve más urgente.

Escucha. Escucha lo que tus empleados y colegas tienen que decir. No siempre tienes que que ser el conductor de las reuniones o pelear con otros para dominar el podio. Siempre haz un esfuerzo para escuchar, pero mantente atento en las siguientes situaciones::

Cuando los empleados están compartiendo ideas activamente. No te entrometas sólo para asegurarte que tu voz es parte de la mezcla. Ésto puede acabar con las ideas compartidas.

Cuando las emociones son turbulentas. Deja que las personas externen sus emociones en un ambiente seguro y controlado. Emociones rígidas pueden volverse resentimiento, erosionando tu relación de trabajo. De forma similar, las emociones que no son manejadas adecuadamente pueden interferir con la discusión racional, que debe ser el punto principal de tu ambiente de trabajo.

Cuando los equipos están construyendo relaciones o teniendo discusiones. Ofrece a tus empleados un oído recepctivo cuando estén construyendo relaciones y poniéndose creativos.

Clarifica lo que estás escuchando. Un buen gerente no solamente trabaja para ser más claro por sí mismo sino también para entender a lo que dicen a su alrededor. Puedes hacer ésto al repetir lo que la otra persona ha dicho como parte de la conversación. Utiliza esta técnica cuando no estés completamente seguro de lo que la otra persona dice.

En lugar de preguntar a tu colega "Lo siento, ¿puedes repetir lo que acabas de decir? No estoy seguro de haber entendido. Di algo como "o sea que lo que estás diciendo es que podemos aumentar la productividad al ofrecer más incentivos verdaderos .¿Cómo podría verse ésto en la realidad?"

Haz preguntas. Las preguntas inteligentes muestran que puedes seguir el flujo de la conversación y clarificar cuando sea necesario. No temas hacer preguntas porque estás preocupado por parecer "tonto". Los gerentes efectivos se preocupan por entender lo que es importante, no por cómo llegan a ese lugar. Debes saber, además, que otros probablemente tienen preguntas y puede que no pregunten. Si tienes una pregunta para ellos, puede actuar como facilitador y construir el nivel de compromiso de tu equipo. Esa es la verdadera marca del gerente.

Abrazar el igualitarismo.

Trata igual a todos. La mayoría de nosotros no somos igualitarios y nos gustaría serlo. Muchas veces, el favoritismo ocurre en un nivel subconsciente. La tendencia es darle más reconocimiento a las personas que nos recuerdan a nosotros mismos de alguna manera y a quien nos gusta, en lugar de a las personas que hacen las mayores contribuciones a la organización. A largo plazo, son las personas del último grupo las que harán el mayor progreso y lograrán los objetivos de la organización, así que monitorea su propio comportamiento con cuidado y asegúrate que no estás menospreciándolos accidentalmente. incluso si te dan la impresión de que tus opiniones positivas no les afectan. Algunas personas son tímidas ante las opiniones positivas pero igual las aprecian.

Trata bien a tus empleados. Si eres bueno con tus trabajadores y están contentos con sus trabajos, pasarán esa amabilidad a los clientes y reforzará invaluablemente la imagen de tu empresa. O, le harán lo mismo a "sus" empleados y mantendrán positiva la cultura corporativa.

Sé bueno con tu equipo. Sin ellos, no podrás tener éxito.

Evita hacer que tus empleados se queden después del horario normal de trabajo. Respeta su tiempo y compromisos personales y ellos serán recíprocos con resultados excepcional para su gerente y organización.

¿La compañía tiene una política por clima inclemente? Si no, desarrolla una. Una buena regla es seguir el horario de la escuela local. Si las clases fueron canceladas temprano, considera enviar a tus empleados a casa más temprano. Si las escuelas locales están cerradas, los empleados deben usar tu propio juicio. No deben tener la sensación que deben arriesgar sus propias vidas viajando a trabajar si hay mal clima.

Nunca reprimas a un empleado públicamente, no importa qué tanto lo merezca.

Ser un buen gerente no significa complacer a la gente. Si un empleado sigue cruzando la línea o fallando al alcanzar las expectativas, usa la retroalimentación o comunicación no violenta para corregir la situación. Si eso falla, considera despedirlo.

Antes de tomar un paso drástico como el despido, considera transferir al empleado a otro departamento. Puede que mejore en un ambiente diferente.

Si el despido es absolutamente necesario, no le des automáticamente una mala referencia al empleado. Puede que no se haya adaptado al trabajo. Enfatiza las fortalezas y habilidades del empleado.

Celebra el éxito con tu equipo, ya sea darles una palmada en la espalda, llevarlos a almorzar o darles la tarde libre.

Los días de nieve presentan un problema para los empleados con hijos. La guardería o escuela puede estar cerrada. ¿Deberías permitir a tus empleados traer a sus hijos al trabajo en días de nieve? Revisa con el departamento de Recursos Humanos, ya que puede haber problemas de seguridad o con el seguro. Es importante respetar la vida personal y el tiempo de los empleados.

Olvídate te tus credenciales. La educación no te hizo un mejor gerente. Pero la experiencia puede contribuir a convertirse en un mejor gerente.

Interviene de inmediato cuando haya un conflicto entre empleados. No ignores el problema o sugieras que lo resuelvan entre ellos. Un empleado en esta situación frecuentemente se siente atrapado y sin poder, especialmente si el otro empleado es de mayor rango o tiene autoridad en la compañía. Agenda reuniones individuales con cada empleado y luego míralos juntos. Llama a un mediador de la empresa de ser necesario. Trata el problema específico, no quejas generales. "No me gusta tener que ayudar a Bob cuando se retrasa, porque nunca hace lo mismo por mí" es un problema específico. "No me gusta la actitud de Bob", es una queja general.

No regañes a todo el departamento por lo que una persona está haciendo mal. Por ejemplo, has notado que Jane llega tarde al trabajo. En lugar de enviar un correo electrónico grupal advirtiendo a todos que lleguen a tiempo, confronta a Jane en privado.

Por Oscar Avila


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